Mario Conde: ‘El dinero repatriado procede de una operación anterior a Banesto’

Mario Conde: ‘El dinero repatriado procede de una operación anterior a Banesto’

23 junio, 2016
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Actualizado: 23 junio, 2016 7:36
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Mario Conde, se sienta en el plató del que es también su programa, El Gato al Agua, en la primera entrevista tras su salida de prisión, la pasada semana.

En una entrevista realizada por el director del programa, Javier Algarra, Conde desvela sin tapujos que este último golpe de la justicia le ha dolido más, mucho más, que los anteriores: “Antes se dirigía contra mí, pero ahora afecta a mis hijos y a colaboradores muy cercanos a los que han llamado organización criminal, como si vendiéramos armas, drogas o hiciéramos trata de blancas”.

Conde cree que tiene que haber alguna explicación, pero no acierta a adivinarla. “Me han dicho en prisión que, como saben mi relación con mis hijos, eso me obligaría a cantar, como dicen en prisión, y, vive Dios que habría cantado antes que ver sufrir a mis hijos. Pero es que no puedo cantar lo que no existe”.
Explica el abogado del Estado que en el auto de registro con que llegó la justicia a su casa no figura su detención y, sin embargo, al llegar la Guardia Civil, a las 8.10 de la mañana del 11 de abril, le pidieron inmediatamente el teléfono. “Es decir, quedé detenido”. Guardia Civil para la que, por cierto, sólo tiene buenas palabras por su profesionalidad y trato, igual que hacia los funcionarios de prisión de Soto del Real. “Un trato profesional y algún tinte de humanidad que, estando preso se percibe más”.
Conde, que fue detenido un lunes, compareció ante la Justicia el miércoles, tras pasar dos noches y un día en un calabozo, sin poder asearse y con las manos esposadas a la espalda, “como un etarra”. El mismo destino corrió su familia. Recuerda en la entrevista a su hija Alejandra, que el día de la detención acudía con su hijo a iniciar un tratamiento de radioterapia que el pequeño necesita por una enfermedad. “¿Lo sabían? Me dicen que lo saben todo”, reflexiona Conde.

Esa frase atribuida a Conde, la de que si la Guardia Civil estaba en su casa es que venía “con los deberes hechos”, es sólo una de las muchas falsedades que ha denunciado el exbanquero sobre su último episodio judicial. “Es rotundamente falso que dijera eso”, explica. Y continúa denunciando que desde medios de comunicación de todo signo se haya asegurado que el dinero por el que comparece ante la justicia proceda de Banesto, sin respetar la presunción de inocencia de él y su familia. “Cuando todo pase, intentaremos que en este país no quede impune el insulto, la calumnia, el atropello”, señala en un adelanto de acciones judiciales.

El dinero de Banesto

Conde, a quien primero se impuso prisión incondicional sin fianza y después prisión bajo fianza de 300.000 euros, y que debe comparecer todos los lunes ante la justicia, explica, a preguntas de Javier Algarra, de qué se le acusa.
“Si no te indignas porque te acusen de blanquear 13 millones de Banesto, mal asunto”. “Llevan 20 años intentado demostrar lo de Banesto y, aunque pasen 50, no lo van a poder demostrar porque no existe. Este dinero por el que me acusan es de 1980, cuando yo todavía no era presidente de Banesto”. Se refiere a un dinero relacionado con una operación comercial anterior a su llegada al Banco, y explica que esa transferencia de 600.000 euros por la que se le ha detenido es, en realidad, la devolución de un dinero que había quedado como garantía en ese proceso comercial.
Conde, que asegura que acreditará con papeles la procedencia de ese dinero y que reitera que no hay “ni un duro” de Banesto, hace una reflexión. “A una conocida familia española se le han encontrado 2.000 millones, supuestamente de una herencia. En mi caso son 13 millones. Esos 2.000 no están en España. Estos [los suyos] han sido reinvertidos en España para pagar sueldos y salvar empresas…”.
Pero, ¿de dónde procede ese dinero?, insiste Javier Algarra.
“Una operación que se hizo antes de presidir Banesto. Yo le he dicho al juez que voy a ser muy leal y que puedo probar hasta el último céntimo. De dónde viene y por qué viene… no es difícil saberlo pero se lo diré primero la juez”.
A lo largo de la entrevista, de casi una hora, Conde y Algarra abordan cuestiones tan espinosas como la responsabilidad de Mario Conde en Agencia Trust y la deuda con el banco Santander. Explica Conde, sobre la primera, que se hablaba de 600 millones que él pudo probar que no había tocado y que, a pesar de eso, se dio al banco Santander tres cuadros de su pertenencia (un Picasso y un Juan Gris entre ellos), que el banco vendió. “Esos cuadros hoy en día costarían, por lo bajo, 20 millones de euros”.
Sobre la insolvencia punible con el Banco Santander, Conde explica que el dinero que se debe tiene la misma categoría que la deuda (un crédito) de cualquier otro español con un banco. “¿Por eso se mete a la gente en la cárcel?”, se pregunta, para explicar además que ya se ha pagado una parte y que hay negociaciones con el banco para pagar el resto.
Puesta su verdad sobre la mesa, Mario Conde explica cómo puede cambiar la percepción de una realidad si “a un barco de plástico de 8 metros de eslora y 30 años de antigüedad que, si se consigue arrancar, medio flota” se le llama yate, o si se dice, falsamente, que tiene cocineros en su casa. “No creo que se pueda arrestar a nadie por tener cocineros, pero también es falso que los tenga”, dice.
Pero, ¿a quién interesa atacarle? ¿Quién quiere mermar su credibilidad? La pregunta es clara, y la respuesta de Conde, rápida y sencilla: “No lo sé”. “No soy capaz de imaginarlo ni puedo acusar a nadie, pero sí sé que ha habido una unanimidad en los medios –y yo conozco los medios de comunicación-”.
Sobre si tiene o no tiene enemigos por el caso Banesto, Conde recuerda que aquello fue en el 93, hace 23 años. “Y nunca he dejado de cumplir. ¿Me condenan? Pa dentro. Me he presentado todas las veces que lo han requerido, en Alcalá Meco era el primero que se levantaba, a las 05:45, para servir el desayuno a los presos… Pero ahora pienso, ¿por qué esto? ¿por qué a mi familia? No puedo olvidar a mi hija sufriendo porque ese día empezaba el tratamiento su hijo”.
Habla largo y tendido -y con dolor- sobre su familia. Explica que, a su juicio, el dolor emocional, el sufrimiento y la presión, dejan huella en lo físico y afirma sin tapujos que “viva los años que viva”, siempre estará convencido de que el tumor de su mujer, Lourdes, tuvo que ver con el sufrimiento emocional por el caso Banesto. “Ojalá y Dios lo quiera y no deje secuelas en mi hija”.
Habla también de su entereza, de esa que admiran quienes le conocen y también quienes no. “Vivimos en un entorno que forma nuestro circuito de seguridad y cuando te sacan de ahí demuestras quién eres. Pero el choque [de Banesto a la cárcel] puede ser tan intenso que no se resista”.
Señala como clave de su capacidad de resistencia que él siempre ha sido Mario Conde, nunca el presidente de Banesto o el abogado del Estado. Por eso, cuando le quitaban los “disfraces –al final, dice, en la vida tenemos muchos disfraces- fui capaz de responder”.

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