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Mario Draghi enarbola en Lisboa la bandera de las reformas económicas

Mario Draghi enarbola en Lisboa la bandera de las reformas económicas

07 abril, 2016
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Actualizado: 07 abril, 2016 0:00
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Lisboa, 7 abr.- El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, pidió hoy a Portugal que acelere su impulso reformista, sobre todo en el mercado de trabajo, en una semana en la que banca portuguesa atraviesa por un momento especialmente agitado.

Draghi fue el invitado especial del primer Consejo de Estado del presidente luso, el centro-derechista Marcelo Rebelo de Sousa, que tomó posesión de su cargo el pasado 9 de marzo.

La asistencia del presidente del BCE supuso una novedad protocolaria en ese organismo, en cuyas reuniones nunca antes había participado una autoridad extranjera.

Esta iniciativa responde a la nueva filosofía del recién nombrado presidente, que aboga por un mayor acercamiento y cooperación entre las instituciones que afectan al día a día de los ciudadanos.

El Consejo de Estado, de carácter consultivo y que tiene como finalidad asesorar al presidente de la República, está formado por veinte miembros, entre ellos los presidentes de las regiones de Azores y Madeira, el jefe de Gobierno, el presidente del Parlamento y el presidente del Tribunal Constitucional, entre otros.

En su intervención ante todos ellos, Draghi se congratuló hoy por el resultado de algunas de las reformas aplicadas durante el rescate financiero a Portugal (2011-2014), aunque incidió que hay que hacer más.

Pese a que, bajo el Gobierno conservador de Pedro Passos Coelho, se abarató el despido y se redujo la burocracia para la creación de empresas, Draghi pidió al nuevo Ejecutivo socialista que haga más para atraer inversión y para flexibilizar el mercado de trabajo.

«Las reformas de Portugal fueron notables y necesarias. Ahora vemos claras señales de que esos notables esfuerzos compensan», manifestó el presidente del BCE, en alusión al crecimiento del empleo registrado desde 2014.

La visita del mandatario del BCE se produce en una semana clave para el sector financiero luso, pendiente del futuro del Banco Portugués de Inversión (BPI) y del impacto que la mala situación económica de Angola está teniendo en otros bancos, como el Banco Comercial Portugués (BCP), que cayó hoy en Bolsa casi el 5 %.

La presencia de Draghi en Lisboa coincide también con los debates de la comisión de investigación parlamentaria sobre el polémico rescate y posterior venta al Santander del banco Banif, que costó al erario público unos 3.000 millones de euros.

En el caso del BPI, las autoridades comunitarias exigen al banco luso que se desprenda de su negocio en Angola antes del 10 de abril, pero a falta de sólo tres días para que expire el plazo no existe consenso entre sus principales accionistas, el español Caixabank y la angoleña Isabel dos Santos.

La venta del Novo Banco, heredero del extinto Banco Espírito Santo (BES), que fue relanzada a principios de año, y los recelos en suelo luso por el creciente peso de España en el sector financiero nacional son otros motivos de incertidumbre para la banca portuguesa.

Draghi no aludió a ninguno de estos asuntos más espinosos en su discurso ante el encuentro del Consejo de Estado, en el que no participaron los expresidentes Mário Soares y Jorge Sampaio, ambos por motivos de salud, ni el presidente del archipiélago de Las Azores, Vasco Cordeiro, por motivos de agenda.

También, en calidad de invitado especial, asistió a la reunión el gobernador del Banco de Portugal, Carlos Costa.

Entre los nuevos miembros del Consejo de Estado, figuran dos representantes de la izquierda radical, muy crítica con las políticas de austeridad auspiciadas por Bruselas y apoyadas por el BCE.

Se tratan del exdiputado y antiguo líder del Bloque de Izquierda Francisco Louçã, prestigioso economista, y del veterano comunista Domingos Abrantes, encarcelado durante la dictadura de Salazar.

Antes de su participación en la reunión, Draghi asistió a un almuerzo ofrecido en el Palacio de Belém por el presidente Rebelo de Sousa, y al que también acudieron el primer ministro, el socialista António Costa, el ministro de Finanzas, Mário Centeno, y el gobernador del Banco de Portugal, Carlos Costa. EFE

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