El BCE finiquita las compras de deuda en la vuelta al debilitamiento económico
El Banco Central Europeo (BCE) termina este año las compras de deuda pública y privada de la zona euro en un momento difícil, porque se ha debilitado el crecimiento económico aunque el dinero seguirá siendo barato durante bastante tiempo.
El presidente del BCE, Mario Draghi, se mostró hoy cauteloso por este debilitamiento y los factores de riesgo que amenazan el crecimiento, e hizo un balance positivo sobre la efectividad del programa de expansión cuantitativa, como se conoce a la compra de grandes cantidades de deuda.
«Ha sido el único impulso de la recuperación económica de la zona del euro», en un momento en que no había otras fuentes de crecimiento, ha dicho Draghi.
A finales de diciembre, el BCE habrá adquirido bonos por valor de 2,6 billones de euros.
El banquero italiano ha considerado que la expansión cuantitativa, que esta semana el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sentenció que era legal, forma parte de las herramientas de política monetaria del BCE y podría ser utilizada en el futuro de nuevo en caso necesario.
El programa no excede el mandato del BCE, ni incumple la prohibición de financiación a un Estado miembro, según la Justicia Europea, pese a las dudas del Constitucional alemán.
Draghi ha dicho que los tipos de interés habían bajado antes de que el BCE empezara a comprar grandes cantidades de deuda, pero después de aplicar el programa de expansión cuantitativa bajaron más.
El BCE decidió comprar grandes cantidades de deuda de la zona del euro, sobre todo deuda soberana, porque los países de la periferia estaban siendo penalizados por el mercado y los tipos de interés que tenían que pagar para refinanciarse eran muy altos, pese a que el BCE había bajado mucho el precio del dinero tras la crisis financiera.
El programa de compra de deuda, que comenzó en marzo de 2015, ha incluido la compra de bonos soberanos y otros títulos de deuda pública, además de la deuda emitida por empresas, bonos garantizados (cédulas) y los bonos de titulización de activos.
De este modo, el BCE inyectó dinero en el sistema y estimuló el crecimiento de la economía.
Al comprar bonos también ha presionado a la baja los tipos de interés a largo plazo.
Pero ahora el crecimiento se ha debilitado desde hace algún tiempo, como ha constatado Draghi.
También ha dicho que se mantiene la incertidumbre por factores geopolíticos, el proteccionismo, las vulnerabilidades de las economías emergentes y la volatilidad en los mercados financieros.
El mercado espera que la normalización de la política monetaria del BCE será lenta y gradual debido al reciente debilitamiento económico.
De hecho, el BCE ha revisado a la baja una décima las previsiones de crecimiento de la zona del euro para este año hasta el 1,9 % y para el 2019 hasta el 1,7 % y mantiene las del 2020 en el 1,7 %.
La Reserva Federal estadounidense (Fed) compró deuda entre 2008 y 2015 por valor de unos 4 billones de dólares, en diciembre de 2015 comenzó a subir los tipos de interés y reinvirtió los bonos que vencían durante dos años después de la primera subida de los tipos.
La Fed aplicó esta medida no convencional de política monetaria para evitar una gran depresión económica como la sufrida después de la crisis financiera de 1929.
Pese a dejar de comprar deuda, el BCE seguirá en el mercado porque va a reinvertir los bonos adquiridos que vayan venciendo.
La reinversión de los bonos soberanos se basará en la participación de los bancos centrales nacionales en el capital del BCE, como las compras.
El BCE invertirá los bonos que venzan «durante un período prolongado una vez que comience a subir los tipos de interés», pero Draghi no ha querido concretar cuándo será ese momento.
Mantiene los tipos de interés de referencia a los que presta a los bancos semanalmente en el 0 % y les cobra un 0,4 % por el exceso de reservas y lo seguirá haciendo hasta, al menos, durante el verano de 2019.
El Banco de Japón (BoJ) ya había aplicado esta medida de expansión cuantitativa a comienzos del 2000 para salir de la deflación e impulsar la economía, tras la crisis financiera asiática en 1997.