Mario Draghi, presidente del BCE

¿Existe una burbuja en el mercado de deuda?

¿Existe una burbuja en el mercado de deuda? Los analistas y bancos de inversión tienen opiniones tan diversas como contrarias. Los hay moderados, pero también hay quien vaticina un apocalipsis con la explosión, como Bill Gross, el analista más bajista y agorero de Wall Street, quien afirmó tras el Brexit que estamos ante «la mayor burbuja financiera» de su vida.

Y es que, con la decisión de los bancos centrales de comprar deuda privada y pública, los rendimientos de los bonos se han hundido, disparando así el precio de los mismos. Otros creen que la burbuja estallará cuando los bancos centrales pongan fin a las medidas de estímulo. Mientras que bancos de inversión como Goldman Sachs apuntan que el mercado de deuda no tiene tintes de burbuja al aconsejar invertir en «high yield» -la deuda con el riesgo más elevado-.

De esta forma, los inversores mantienen su confianza en la actuación de los bancos centrales, como el BCE que llevará su programa de compras hasta marzo de 2017 con la puerta abierta a una prórroga si fuese necesaria. Mario Draghi continuaría así la política monetaria ultraexpansiva, con la mirada puesta en Alemania, cuya deuda comienza a escasear en el mercado al registrar avalanchas de peticiones en los mercados primarios y secundarios. De hecho, la deuda alemana por debajo de los 10 años registra rentabilidades negativas.

Para saber realmente si estamos o no asistiendo a una burbuja de deuda, en INTERECONOMIA.COM hemos preguntado a Meigatrader, premio a la mejor tuitera de Bolsalia 2014. A su juicio, hay seguir la evolución de los precios en los mercados de deuda. La definición de burbuja es el incremento de un activo tanto poco a poco como a velocidad vertiginosa y excesiva para dar paso a un estallido en el que se perdería una gran parte de la inversión o toda. En los últimos años, España ha vivido la explosión del sector inmobiliario, así como en los mercados de renta variable con la crisis subprime, desatada en 2008 por Lehman Brothers.

De esta forma, en el caso de España, los hipotecados están pagando un crédito muy superior al del precio de la vivienda y que en caso de venderla perderían gran parte de lo invertido, ya que los precios medios actualmente muestran aún una caída del 30% desde los máximos. También se ha vivido el estallido de las punto.com en el 2001, donde los inversores perdieron gran parte de sus inversiones e incluso el 100% ya que se registraron quiebras de empresas.

Diferenciar entre deuda pública y privada

Meigatrader diferencia entre la privada y pública. Y es que, mientras no se descarta que puedan quebrar o impagar empresas, ese riesgo en mayor o menor medida existe siempre, también puede hacerlo un país, como se registró en Argentina en 2001 y 2014, y en Rusia, en 1998.

«El problema que puede tener la deuda pública es que el Estado quiebre» (o impague), ha señalado. Y es que, en 2012 se rumoreaba que España estaba abocada al rescate financiero, junto con Grecia y Portugal. En ese año, los inversores huyeron de la deuda soberana del Tesoro y los intereses se elevaron al 7%.

La situación en 2016 ha cambiado el paronama. España paga ahora cerca de un 1% por su deuda a 10 años y cada subasta se coloca a menores tipos de interés con una gran demanda. El interés del bono español a diez años se situó en un nuevo mínimo el pasado jueves tras las palabras de Mario Draghi, presidente del BCE.

A su juicio, «la intervención de los bancos centrales de los países sobre todo en EEUU, en Japón y el BCE en la Unión Europea está produciendo un efecto artificial en la deuda con la compra masiva y continuada que ha tenido en algunos casos repercusión en los tipos de tal manera que han pasado a «negativo»», ha indicado. En este sentido, ve movimientos extraños en los mercados de deuda y renta variable por la mano artificial de los bancos centrales.

Así, una vez que dejen de actuar en los mercados se producirán momentos con una elevada oferta sin una respuesta acorde por parte de la demanda. De esta forma, los precios de los bonos caerán y los últimos en entrar serán los primeros en perder parte de lo invertido. Los inversores conocerán si el país ha quebrado el día del vencimiento, ya que la deuda se compra por un plazo de tiempo y con un interés fijo, sin importar los vaivenes intermedios.

En el caso de los bonos empresariales, la empresa podría quebrar entre el plazo que va desde la compra a vencimiento, por lo que los inversores sabrán si han perdido su dinero en caso de quiebra. Para evitar sobresaltos en las carteras, ha recomendado «diversificar las inversiones» y no poner todos los huevos en la misma cesta.

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