Fannie Mae se dispara un 220% en Wall Street tras la llegada de Trump
Los inversores han puesto la lupa en Wall Street desde la llegada de Trump. Los principales índices de la Bolsa de EE UU se han disparado hasta alcanzar máximos históricos, pero entre los valores más destacados se encuentra Fannie Mae, la gigantesca garantizadora de hipotecas rescatada con dinero público en 2008 y que domina el mercado en EE UU.
La llegada de Trump ha sido un revulsivo para Fannie Mae, estancada en Bolsa desde hace meses, y que está a punto de recuperar los máximos de junio de 2014, en los 4,64 dólares por acción. Desde la investidura de Trump como presidente de EE UU, la inmobiliaria ha pasado de cotizar en los 1,33 dólares a 4,24 dólares, un imponente ascenso del 218% en apenas dos semanas.
El objetivo de Fannie Mae es mejorar la liquidez del mercado hipotecario y que los ciudadanos puedan comprar una vivienda. A cambio de obtener estos beneficios, el Estado facilita gran parte de su financiación y es además, uno de los principales compradores de su deuda. Su negocio se realiza garantizando hipotecas concedidas por los bancos, por el que cobran una comisión. Acto seguido, emiten deuda por la cuantía de las hipotecas garantizadas y las venden en el mercado de crédito. De esta forma, los bancos concederían más préstamos ya que tienen el respaldo del Estado a la hora de cobrar. Este sistema quebró en 2008, ya que se concedieron hipotecas sobre pisos que no valían nada, y el Estado las garantizó. Estas hipotecas subprime inundaron el mercado de crédito, llevando a la quiebra a todo el sistema financiero.
Ahora y tras la llegada de Trump, la Asociación de Banqueros Hipotecarios quiere volver a resurgir a Fannie Mae, para que tenga utilidad privada y limitando su retorno de capital, una operación que está siendo muy bien vista por el mercado americano. Y es que, tras este anuncio, Fannie Mae ha despertado y disparado en Bolsa un 218%, hasta los 4,24 dólares por acción.
De esta forma, se convertiría el respaldo implícito del Gobierno en una garantía explícita de los valores respaldados por hipotecas que venden en el mercado de crédito. La medida trata de desencallar la actual situación del mercado hipotecario en EE UU, dominado ahora por el Gobierno. En juego hay 10 billones de dólares, casi el 50% del PIB de EE UU.
El fin de este plan es que Fannie Mae ofrezca garantías contra los impagos, como hiciera durante los años dorados de la burbuja inmobiliaria, y evitar así que empresas privadas estén lucrándose con este negocio. Las empresas compran las hipotecas, las disfrazan como valores cotizados y ofrecen garantías a los inversores en caso de impago, esta maniobra libera el capital para que los bancos concedan más hipotecas y la rueda prosiga su giro.
No obstante, la reforma del sistema hipotecario en EE UU se paralizó en el Congreso en 2014, año de declive para Fannie Mae en Bolsa, al caer de los 4,64 dólares a los 1,33 antes de la llegada de Trump.
Esta reforma implicaría que Fannie Mae sería de nuevo una entidad sistémica, y por tanto sometida a los controles regulatorios y a la dura supervisión de la Reserva Federal. Ahora,Fannie también promovería una vivienda asequible y mantendrían el acceso al mercado para los pequeños prestamistas. Con esta regulación, Fannie Mae podría encarecer ligeramente las hipotecas, aunque aún se desconoce el alcance debido a la falta de una propuesta concreta por parte de Trump.
Los Prestamistas Hipotecarios de América ven con muy buenos ojos que Fannie Mae esté bajo la supervisión de la FED. No obstante, algunos políticos republicanos creen que es necesario una limitación del papel de Fannie Mae en el mercado, y abogan directamente por su extinción, lo que dejaría a los prestamistas sin una garantía pública a la hora de conceder hipotecas, encareciendo el crédito.
la Administración Trump ya ha considerado que Fannie Mae sigue siendo una base fundamental en el mercado de la vivienda y se ha mostrado contraria a reducir su papel, remarcando que el acceso a la financiación para comprar viviendas es una prioridad.