La inflación subyacente preocupa al BCE
El Banco Central Europeo (BCE) está preocupado por la inflación subyacente, que descuenta la energía y los alimentos porque son más volátiles, dijo su economista jefe, Philip Lane, en un pódcast de la entidad.
Lane explicó en el pódcast, emitido este viernes en la página web del BCE, que es útil tener en cuenta la inflación subyacente para poder llevar la tasa de inflación general al objetivo del 2 % a medio plazo.
LOS SALARIOS Y LOS BENEFICIOS IMPULSAN LA INFLACIÓN SUBYACENTE
El BCE observa en estos momentos que las subidas salariales y los beneficios de empresas impulsan la inflación subyacente en la zona del euro, según Lane.
La entidad no puede tolerar que la inflación, que comenzó a subir a mediados de 2021 por la recuperación de la pandemia, los cuellos de botella y el encarecimiento de la energía, sea demasiado elevada y debe actuar, añadió su economista jefe.
La inflación subyacente prevé ahora mejor la tendencia futura de la inflación general a medio plazo, consideran algunos economistas del BCE en un artículo del próximo boletín económico, publicado este viernes.
«El valor actual de las medidas de inflación subyacente proporciona de media una predicción a medio plazo mejor de la tasa de inflación general futura que el valor actual de la propia tasa general», dicen varios economistas del BCE en el artículo.
ALTO GRADO DE INCERTIDUMBRE
También recomiendan complementar las medidas de inflación subyacente con la observación de factores que pueden crear presiones inflacionistas en la zona del euro como los datos sobre salarios, beneficios de empresas y expectativas de inflación.
La inflación subyacente es mucho más elevada que antes de 2022, lo que sugiere que «hay un elevado grado de incertidumbre», según los economistas del BCE.
La caída de los precios de la energía ha reducido el factor externo que impulsaba al alza la inflación subyacente, pero ahora presionan al alza factores internos como la subida de los salarios y los beneficios de empresas en la zona del euro.
Pero Fabio Panetta, que es miembro del comité ejecutivo del BCE y será el próximo gobernador del Banco de Italia en sustitución de Ignazio Visco a partir de noviembre, dijo el jueves en un discurso en Italia que «la inflación subyacente no es un indicador principal de inflación».
«Aunque la inflación subyacente es todavía elevada y se prevé que permanezca en los niveles actuales durante todo el verano, la evidencia empírica sugiere que es un indicador rezagado de inflación y no un indicador principal», según Panetta.
«Mirar la inflación subyacente hoy no nos dice mucho sobre dónde se situará la inflación general a medio plazo», consideró Panetta.
También destacó que los tipos de interés de los préstamos a las empresas y a los hogares están en el nivel más elevado desde finales de 2008 y el verano de 2012 respectivamente.
La demanda de préstamos cayó en el segundo trimestre de este año a mínimos desde hace dos décadas.
Por ello Panetta considera que no sólo es importante el nivel máximo al que el BCE subirá sus tipos de interés en este ciclo alcista, sino durante cuánto tiempo los mantendrá en ese nivel.
EL BCE DECIDIRÁ QUÉ HACER CON LOS TIPOS SEGÚN LOS DATOS ECONÓMICOS
El BCE ha subido desde julio del año pasado sus tipos de interés en nueve ocasiones consecutivas desde el 0 hasta el 4,25 %, para frenar la inflación.
Su presidenta, Christine Lagarde, dijo la semana pasada que en septiembre podrían volver a subir el precio del dinero o mantenerlo.
Esta tasa de interés del 4,25 % , que es a la que el BCE presta dinero a los bancos semanalmente, se sitúa ahora en máximos desde julio de 2008 cuando era la tasa mínima a la que pujaban los bancos por la liquidez.
Entonces el BCE todavía les prestaba mediante un procedimiento de subasta a tipo de interés variable de modo que los bancos tenían que pujar por el volumen de liquidez que querían obtener y por el tipo de interés que iban a pagar.
Debido a la gran falta de liquidez durante la crisis financiera global, el BCE estableció estas subastas a tipo de interés fijo y les presta todo lo que piden a esa tasa.
La tasa de depósito, por la que el BCE remunera el exceso de reservas de los bancos a un día, se sitúa ahora en el 3,75 %, máximo desde hace más de veinte años.
Como ahora los bancos tienen mucha liquidez, porque se la ha proporcionado el BCE, el interés que el BCE paga por las reservas que los bancos mantienen en su facilidad de depósito es ahora el principal instrumento de la política monetaria del BCE.