Las comisiones que puede cobrar un fondo de inversión y que afectan a su rentabilidad

Las comisiones que puede cobrar un fondo de inversión y que afectan a su rentabilidad

02 febrero, 2023
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Actualizado: 02 febrero, 2023 23:26
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Si bien es cierto que la inversión colectiva aprovecha las economías de escala, incurriendo en menos costes por operación en los mercados, también lo es que las diferentes comisiones que cobran los fondos de inversión a los partícipes pueden mermar y mucho la rentabilidad del producto. Las comisiones varían según los fondos, dentro de los límites máximos fijados por la ley. Como inciden mucho en la rentabilidad, es muy importante conocerlas antes de decidirse por un fondo u otro. Se pueden consultar todas las comisiones y gastos en el folleto oficial o DFI (Datos Fundamentales para el Inversor).

Estas son las comisiones como las describe la CNMV:

Comisiones de gestión y depósito

Son las que cobran la gestora y el depositario, respectivamente. Estas comisiones son implícitas, es decir, ya están deducidas del valor liquidativo del fondo que se publica (puesto que se cargan directamente al fondo).

La comisión de gestión puede establecerse en función del patrimonio, de los rendimientos o de ambas variables (debe consultarse en el folleto la posibilidad de que se apliquen distintas comisiones en función de la permanencia, etc.). Los límites máximos son: el 2,25% si se calcula sobre el patrimonio, el 18% si depende de los resultados, y en caso de que se empleen ambos parámetros, no podrá exceder el 1,35% del patrimonio y el 9% de los resultados.

La de depósito es la que cobran los depositarios por la administración y custodia de los valores. No podrá superar el 2 por mil anual del patrimonio.

Comisiones de suscripción y reembolso

Pueden ser a favor de la gestora o del propio fondo (en este caso se denomina descuento a favor del fondo). Son explícitas, es decir, se cargan al partícipe en el momento en que se realiza la suscripción o el reembolso, como un porcentaje del importe suscrito o reembolsado (con un máximo del 5%) y deduciéndose del mismo.

Asimismo es posible que se cobren comisiones por cambiar la inversión de un compartimento a otro, dentro del mismo fondo.

Otros gastos que afectan a la rentabilidad final

Junto a las comisiones, existen otros gastos que también tienen repercusión en la rentabilidad final. Un concepto relevante, que puede encontrarse en el folleto si el fondo tiene historia suficiente, es el de gastos totales soportados por el fondo o Total Expense Ratio (TER) -expresados como un porcentaje sobre el total del patrimonio del fondo-. Los gastos totales incluyen las comisiones de gestión y depositario, los servicios exteriores y otros gastos de explotación. Cuanto menor sea este porcentaje, mayor beneficio para los partícipes. El TER es público y puede consultarse en la información que facilita la gestora y/o comercializador.

Un fondo de inversión aplica distintas comisiones a las diferentes clases de participaciones que emita, en función de criterios como las políticas de comercialización (diferentes comisiones si el fondo se suscribe por Internet, por teléfono o en una sucursal), el volumen de inversión (en general, a mayores volúmenes de inversión menores comisiones), la divisa de denominación del fondo u otros parámetros.

Por ejemplo, puede ocurrir que en un mismo fondo, una clase de participaciones (A) tenga una comisión de gestión alta y esté exenta de comisiones de suscripción y reembolso, mientras que para otra clase (B) la comisión de gestión sea más reducida pero se apliquen comisiones de suscripción y reembolso. Dependiendo del plazo durante el que se espera mantener la inversión o de la intención de realizar reembolsos o suscripciones periódicas, será más interesante la inversión en una clase de participaciones o en otra. Los inversores deben tener en cuenta este aspecto para elegir la clase de participaciones con la estructura de comisiones más conveniente.

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