Los sindicatos también quieren parar los dividendos
La Confederación Europea de Sindicatos (CES) no sólo han pedido parar la actividad económica, -nadie sabe quien va pagar las nóminas si las empresas no tienen ingresos- sino que van más lejos y piden ahora a las empresas y bancos suspender el pago de dividendos y las recompras de acciones propias por la pandemia de coronavirus, así como que las ayudas públicas a las compañías se supediten a esa suspensión.
Según la organización, los accionistas de empresas europeas deberían recibir este año 359.000 millones de euros en dividendos, unos 12.000 millones más que el año pasado.
«En estas extraordinarias circunstancias, la CES considera que las grandes compañías deben poner los intereses de sus trabajadores y de la economía por delante de los de sus accionistas, utilizando el dinero disponible para proteger empleos y salarios», dijeron en un comunicado. Lo que parece desconocer los sindicatos, es que sin inversión (accionistas) no hay ni empleos que proteger ni salarios que pagar.
A juicio de los sindicatos europeos, la suspensión del pago de dividendos debería ser una «condición clara» para recibir apoyo con dinero del contribuyente, unida a otras condiciones como dar garantías de que no se efectuarán despidos, condición que condenará a muchas empresas al cierre, ni se violarán los derechos de los trabajadores, algo con lo que sí están de acuerdo todos los empresarios, que, por ejemplo en España, se harán cargo de los salarios de trabajadores, pese a que el permiso retribuido lo ha otorgado unilateralmente el Gobierno.
«Si la distribución de dividendos continúa, la Unión Europea y sus Estados deberían aumentar los impuestos sobre este tipo de dividendos injustificados para financiar los servicios públicos que se están estirando para afrontar esta crisis», consideraron en un comunicado.
La petición se produce después de que el Banco Central Europeo (BCE) haya recomendado a los bancos bajo su supervisión que suspendan el pago de dividendos y la recompra de acciones hasta al menos el 1 de octubre de este año y de que Francia haya anunciado que sancionará a las empresas que hayan recibido apoyo público y repartan dividendos.
«La suspensión de los dividendos debe convertirse en una línea roja para que cualquier empresa reciba apoyo público durante esta crisis. Cualquier dividendo que se pague debería ser gravado con un tipo mayor para asegurar que los servicios públicos tienen el efectivo que necesitan para vencer a esta crisis», dijo el secretario general de la Confederación, Luca Visentini.