Moody’s coloca a Brasil en el bono basura

Moody’s coloca a Brasil en el bono basura

24 febrero, 2016
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Actualizado: 24 febrero, 2016 0:00
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Moody’s coloca a Brasil en el bono basura tras bajar dos escalones la nota soberana, hasta «Ba2» con «perspectiva negativa». El sello de «buen pagador» ya le había sido retirado a Brasil por las agencias Fitch y Standard & Poor’s, que al igual que Moody’s justificaron esa decisión en el oscuro panorama económico y político del país.

Según Moody’s, la nueva rebaja responde a «las perspectivas de un mayor deterioro» en las facilidades de Brasil para obtener créditos externos, en un «ambiente» de recesión y con la deuda pública en aumento, con la posibilidad de llegar al 80 % del Producto Interno Bruto (PIB) en los próximos tres años.

En la nota en la que anunció su decisión, Moddy’s también citó la «desafiante situación política» del país y las dificultades que el Gobierno tiene en el Congreso para la aprobación de medidas que forman parte de un severo ajuste fiscal con el que se pretende comenzar a equilibrar la golpeada economía nacional.

Ante esta nueva rebaja de la calificación, el Gobierno emitió un comunicado oficial en el cual señala que «la posición de las agencias» de calificación «no altera» su «compromiso» de ajuste fiscal «necesario para la estabilización de la trayectoria de la deuda pública».

También sostiene que la economía brasileña tiene «perspectivas de recuperación a medio plazo«, y cita sus recortes del gasto público y su determinación de avanzar hacia una reforma del sistema de jubilaciones y pensiones.

Según el Gobierno, «todas esas iniciativas favorecerán la reversión de las incertidumbres en cuanto a la trayectoria fiscal y la recuperación la confianza de los agentes (financieros), condición importante para la vuelta de las inversiones».

En ese marco, la nota difundida por el Ministerio de Hacienda subraya la «expectativa» de que la rebaja de la calificación del país «sea temporal» y de su «reversión una vez que se materialicen los resultados de las medidas en discusión, que traerán un reequilibrio fiscal y la recuperación del crecimiento».

Además de una economía deteriorada, la presidenta Dilma Rousseff se enfrenta a la posibilidad de un juicio con miras a su destitución debido a maniobras contables en las que incurrió el Gobierno en 2014 y 2015, con el objetivo de maquillar sus pobres resultados fiscales.

Según analistas económicos, la economía brasileña se encogió en 2015 un 3,71 % y las perspectivas para este año indican una nueva contracción, en torno al 3,40 %.

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