¿Estamos ante una nueva crisis financiera?
El actual entorno de bajos tipos de interés, que suponen un lastre para los márgenes bancarios, la idea del BCE de prolongar la política monetaria expansiva, la ralentización de los emergentes, el fuerte endeudamiento del sector público y privado en Europa… Son muchos los factores que reflejan que atravesamos un crash financiero, pero los expertos no quieren hablar de crisis financiera. Manuel Romera, director del sector financiero de IE Business School, pide calma: «Veo un montón de señales que sí (apuntan a una nueva crisis), pero otro montón de señales que no. El futuro no lo sabe nadie. Pero lo que sí es verdad es que a la siguiente crisis financiera, que vendrá, llegaremos más preparados. Lo que hay que hacer es, ni ser demasiado positivos cuando estamos positivos, ni demasiado negativos cuando estamos negativos. Las fuertes bajadas en bolsa al final lo que generan es una sensación de caos, pero cuando sube tampoco crea sensación de euforia. Parece que la gente quiere ver crisis cuando no siempre la hay.»
Las múltiples opiniones de los expertos certifican, eso sí, el altísimo nivel de incertidumbre que atraviesa, no sólo el sector financiero, sino la economía en general. Y es que son pocos los que se atreven a hablar de una nueva crisis financiera, pero cada vez más los que, al menos, hablan de ella. Daniel Lacalle, director de inversiones de Tressis, explica que aunque no se puede hablar de crisis, tampoco nos podemos relajar: «Deberíamos tener un poco de cautela a la hora de hablar de grandes crisis, pero desde luego tampoco podemos pensar es que son grandes oportunidades. Queda mucho para sanear a una banca a la que se le puso la etiqueta de completamente saneada erróneamente hace unos años».
En la misma línea habla el economista José María Gay de Liébana. Los bancos, toda vez que han perdido su negocio tradicional, tienen que buscar un nuevo equilibrio. Sin embargo, el problema del endeudamiento tiene que vigilarse muy de cerca. «Esto es un poco un vendaval extendido por efecto contagio. Las cosas están más suavizadas que tiempo atrás. Lo que sí me preocupa es la deuda, y ya hace años que me preocupa, y nadie hace caso. Cuando la economía crece menos y hay que hacer frente a los vencimientos de deuda es donde se generan las dudas. Hay que ser muy cauto con la deuda, que es un pecado por el que todos nos inclinamos», afirma Gay de Liébana.
Pero no podemos olvidarnos tampoco de otros problemas que se ciernen sobre el sector y de los que ya no se habla tanto. Problemas importantes como el proceso de consolidación del sector, todavía en el aire, y la amenaza de la banca en la sombra. El economista José Carlos Díez opina que «el sector tiene que disminuir su tamaño, y adaptarse a este nuevo mundo por el bien del mundo. SI vamos a montar otra como en 2008 sería peor. Por otro lado, tiene una amenaza tecnológica importante. Estamos viendo nuevos entrantes en el sistema financiero que ponen en cuestión a los jugadores tradicionales. Y en un mundo de deflación, con bajos tipos de interés y curvas planas, es muy difícil ganar dinero en los mercados, salvo que estés en bolsa y asumas riesgo. Para un banco es muy difícil operar en este entorno».
Y lo cierto es que los bancos atraviesan un momento complicado y todos los expertos coinciden en algo: Las entidades tienen que tener muy en cuenta el que podría ser el nuevo eslogan del sector, renovarse o morir.