La paciencia, la madre de la Bolsa

La paciencia, la madre de la Bolsa

13 mayo, 2016
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Actualizado: 13 mayo, 2016 0:00
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La maraña de datos, gráficos ininteligibles para la gran mayoría de inversores y con nombres que desencajan a más de uno, son utilizados a diario por los grandes expertos de la Bolsa. H-C-H (hombro-cabeza-hombro) y su contrario (añadiendo una «i» o invertido), doble suelo (o doble techo), retrocesos de Fibonacci, Ondas de Elliot, ‘candle stick’ (gráfico de velas), los ‘famosos’ tres cuervos negros, una formación de banderín y un larguísimo etcétera se repiten constantemente en radios y medios, así como en conferencias. De hecho, son después usados por los principiantes como si entendieran la Bolsa a la perfección por haber hecho una operación y ganar.

Estos conceptos por sí mismos no son válidos, más cuando la mayoría de ellos aparecen a toro pasado, cuando la oportunidad de comprar en el mínimo y vender en máximos -aunque hay expertos y gestores como José Antonio Madrigal que apuestan por comprar en máximos, ya que en ese nivel nadie está perdiendo dinero-.

Y es que el primer consejo que se debe seguir para invertir en Bolsa es «formarse, formarse y después formarse un poco más», según la experiencia de Juan Enrique Cadiñanos, director de Análisis de Admiral Markets, a preguntas de NEGOCIOS.COM quien añade: «No todo el mundo puede ser trader, igual que no todo el mundo puede ser médico, o periodista o político».

«En general el mundo de la bolsa y las inversiones es un área en la que se necesita una disciplina férrea y en la que hay que ser consecuente y rígido ante las situaciones de adversidad», ha considerado. «Hace más de 7 años se consideraba que la psicología no influía para nada en los mercados bursátiles y es cierto que no incide directamente en ellos, pero si indirectamente, ya que influye en nosotros y nosotros en el mercado», ha añadido. «Diría que la psicología influye entre un 80% y un 85% en la inversión«, ha apostillado.

«Hay días que estamos apáticos, sin ganas y nuestro estado de ánimo no es el correcto, ese día es mejor no operar, no hay que hacerlo por narices, podemos estar algún día sin operar, no pasa nada, muchas veces es mejor el remedio que la enfermedad», ha apuntado.

Entre los errores de los inversores ha destacado el mal uso de las plataformas. «Operamos en activos que no son para nosotros y también realizamos inversiones en horizontes temporales que no son los adecuados para nuestra filosofía de inversión». En este sentido, ha advertido: «Yo siempre he dicho que salvo excepciones puntuales, el inversor de largo plazo, no existe, se trata de un inversor de corto plazo que se ha quedado “pillado” por no ejecutar el stop loss cuando debía hacerlo«. Una vez que organizamos nuestro plan de actuación y nuestra estrategia de trading, tenemos que llevarla a cabo, sin vacilar y, si queremos modificar algo, que sea siempre el take profit. «Hay una serie de errores que cometemos a la hora de operar con los que tenemos que hacer un trabajo muy exhaustivo para dejar de cometerlos, pero, como todo en esta vida, se puede aprender», ha destacado el analista.

Tomás García Purriños, gestor de fondos, apuntaba en su blog que «a veces, el mercado se equivoca en la percepción de los riesgos»: «A veces pasa varias veces al día. Otras solo en toda la semana. A veces los mercados pasan meses sin equivocarse. Pero antes o después llega el error. Y entonces, el trader, se aprovecha. Como diría J. Rogers, el trabajo de un trader es estar sentado mirando la acera, esperando que alguien se le caiga un billete, para recogerlo. Mientras tanto, el trader sólo puede observar la acera».

«Usemos la técnica que usemos, solo una cosa nos permitirá alcanzar el éxito: la paciencia. La paciencia es la actitud que nos ayuda a soportar dificultades para poder conseguir algo en el futuro. Con paciencia renunciamos a algo ahora para disfrutar algo superior más tarde», señalaba. «Con paciencia se han levantado murallas y se han escalado las montañas más altas. La paciencia y la curiosidad –y no la codicia, como defendía el célebre Gekko en la película de Wall Street- son las bases de la ciencia y del desarrollo del hombre», consideraba.
 
«En los mercados financieros es fácil perder la paciencia», continuaba García-Purriños. «La adrenalina con la que nuestra mente premia al estado en que el cuerpo entra antes de dar un paso hacia la incertidumbre nos incita a operar. El dinero nos quema en la cuenta. Nos cuesta observar los riesgos, inflamos las características positivas de la decisión que vamos a tomar. Lo que en otra ocasión, o en la cuenta de pruebas sería algo modestamente apropiado, se convierte en algo seguro. Cuando nos encontramos así, lo mejor es no operar. Cerrar el ordenador, salir a dar un paseo. Dormir, hacer deporte. Y volver con la cabeza fresca. Lo contrario será poner en riesgo nuestra principal herramienta de trabajo: el dinero. Nos convertiríamos en un caballero sin espada, en un país enemigo».

En su escrito recordaba las palabras de R. Kipling: «Si puedes mantener la cabeza cuando todos a tu alrededor pierden la suya y por ello te culpan, si puedes confiar en ti cuando de ti todos dudan, pero admites también sus dudas; si puedes esperar sin cansarte en la espera […] Si puedes arrinconar todas tus victorias y arriesgarlas en un cara o cruz, y perder, y empezar de nuevo desde el principio y nunca decir nada de lo que has perdido […] entonces tuya es la Tierra y todo lo que en ella habita, y -lo que es más-, serás un Hombre, hijo mío».

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