Merkel quema el cartucho de las pensiones para mejorar su imagen

La popularidad de Angela Merkel cae en picado como se ha podido ver en el reciente varapalo electoral que se ha llevado en las regionales alemanas. Su gestión migratoria ha deteriorado mucho su imagen.

Una imagen, que trata de mejorar a toda costa de cara a las elecciones federales de 2017. Motivo por el cual, según Alejandro Macarrón, responsable de la fundación Renacimiento Demográfico, la histórica subida de las pensiones en Alemania, que deja la pensión media por encima de los 1.100 euros, tiene un fuerte tinte electoral.

De hecho, según explica el demógrafo, enriquecer a los jubilados no generará crecimiento, tal y como exigen desde el FMI o desde el BCE: “Si el país cada vez tiene menos gente, y la gente está cada vez más envejecida, como pasa en Alemania, lo normal es que el consumo no tire mucho. La gente que consume más es la gente más joven y de mediana edad; la gente más mayor es más conservadora. De hecho, como estímulo económico, dar el dinero a jubilados no es lo mejor porque posiblemente se gastarán un poco de lo que les den, no todo”.

De hecho, Juan Velarde, consejero del Tribunal de Cuentas, tiene miedo a este tipo de medidas: “Yo a estas medidas, llamémosle pseudo-keynesianas, les tengo muchísimo miedo. Es muy peligroso. Si lo hiciéramos en España originaría un caos de endeudamiento creciente increíble. Ese no es el camino”.

Paradójicamente, el aumento en las pensiones choca de lleno con el anuncio del Gobierno alemán de mantener presupuestos sin déficit hasta 2020.

Además, la subida histórica en las pensiones alemanas coincide con un estudio del sindicato IG Metall según el cual el 60% de los trabajadores menores de 35 años no confían en el sistema público de pensiones. Y razón no les falta para desconfiar, ya que los expertos calculan que en el año 2030 las jubilaciones en Alemania se retraerán un 25%, y recomiendan contratar un plan de pensiones privado.