El ministro de Finanzas acusa al anterior gabinete y a la UE de pasividad

El ministro de Finanzas acusa al anterior gabinete y a la UE de pasividad

07 abril, 2016
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Actualizado: 07 abril, 2016 0:00
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Lisboa, 7 abr.- El ministro de Finanzas de Portugal, Mário Centeno, dijo hoy que la «pasividad» tanto el anterior Ejecutivo, de signo conservador, como de la Comisión Europea (CE) contribuyeron a que el banco Banif se deteriorase y acabase por ser rescatado.

«La pasividad de las autoridades portuguesas y de las instituciones internacionales durante un período muy prolongado estuvo en la génesis del deterioro del valor de los activos del banco que culminó en su rescate con elevados costes para los contribuyentes», dijo Centeno, en la comisión de investigación parlamentaria que investiga la quiebra del banco.

En diciembre del 2015, el Banif fue rescatado y dividido en tres partes, una de ellas, la saneada, vendida al Santander por 150 millones de euros, un precio considerado muy por debajo de su valor contable.

El coste total para el Estado portugués se calcula que llegará hasta cerca de los 3.000 millones de euros.

«Nadie tenía capacidad para tomar decisiones que pusiese un punto y final al deterioro de las condiciones del Banif», dijo el ministro.

Centeno, miembro del Gobierno socialista, expuso que el problema del banco venía de lejos y constató la incapacidad del anterior Ejecutivo (2011-2015) para atajar esa situación.

Recordó que nada más entrar el gabinete socialista en funciones, a finales de noviembre del 2015, el asunto del Banif estaba sin resolver.

«Quedó claro que el anterior gobierno había desistido encontrar una solución para el Banif hace más de un año», aseveró el actual ministro, que tuvo que intervenir el Banif el 19 de diciembre, semanas después de jurar su cargo.

Hubo «falta de decisión» en la administración del conservador Pedro Passos Coelho e «incapacidad» para sustituir la dirección del Banif, que estaba en conflicto con la Comisión Europea (CE), la encargada de aprobar el plan de reestructuración de la entidad.

El ministro también atribuyó responsabilidad al supervisor de los bancos, el Banco central de Portugal (BdP).

En las intervenciones de días anteriores, la crítica a la rigidez y pasividad de la CE fue la tónica general del gobernador del BdP, Carlos Costa, de la anterior ministra de Finanzas, Maria Luís Albuquerque, y de antiguos ejecutivos del banco.

«Liquidar el Banif hubiese significado un impacto superior a los 5.000 millones de euros», explicó Centeno para justificar el rescate antes que la disolución de la entidad, que además ya había recibido en 2013 una inyección de 1.100 millones de fondos públicos.

No obstante, el rescate adoptado sí que llegó a afectar a unos 40.000 pequeños accionistas y obligacionistas.

El Banif fue el octavo mayor banco comercial de Portugal con presencia mayoritaria en las islas Azores y en Madeira, a la vez que mantuvo filiales en otros países, como Malta, Cabo Verde o Brasil.

Esta es la quinta comisión de investigación parlamentaria a la banca portuguesa en apenas ocho años, instrumento utilizado ya el año pasado para depurar responsabilidades en la caída del Banco Espírito Santo (BES), entonces una de las más importantes entidades financieras del país. EFE

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