«Modamorfosis», una muestra que deconstruye prendas para reinterpretarlas

«Modamorfosis», una muestra que deconstruye prendas para reinterpretarlas

03 marzo, 2016
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Actualizado: 03 marzo, 2016 0:00
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Madrid, 3 mar.- «Modamorfosis» es la exposición que hoy se inaugura en el Museo del Traje CIPE, en la que, a partir de la deconstrucción de nueve piezas emblemáticas, se muestra que la ropa se ha ido transformando desde el siglo XVIII hasta la actualidad, como, por ejemplo, los monos de trabajo, convertidos ya en prendas de pasarela.

Estas nueve piezas, claves de la historia de la moda, han servido de inspiración a grandes maestros como Fortuny, Galliano, Balenciaga, Versace o Saint-Laurent para crear algunos de los vestidos más emblemáticos del diseño contemporáneo.

«Hemos intentando plasmar cómo lo nuevo hace una lectura de lo antiguo», con tipologías con las que se juega en la actualidad, señala Lucina Llorente, comisaria de la exposición junto a Juan Gutiérrez.

El viaje en círculo por la historia de la moda arranca contemplando cómo un vaquero del siglo XVIII (un vestido largo y abierto, cuya cola sale de la cintura) tiene su reactualización en diseños de los años 30, en un Balenciaga de los 50 y en un espectacular Thierry Mugler de los 90.

Los vestidos camisa, tan habituales después de la Revolución Francesa, donde la mujer se libera del corsé en busca un «vestuario que no la constriña y que en nada recuerde a la reciente caída de la monarquía, se convierte en un emblema» y vuelven a tener su reflejo a principios del siglo XX. «Los diseños de la serie Downton Abbey nos los recuerdan mucho», comenta Llorente.

Una libertad de movimientos que refleja Saint Laurent años más tarde, Pierre Cardin o Manuel Piña y sus plisados en punto.

Piezas que se dan la mano con los monos, tan de actualidad en las pasarelas de nuestros días, pero cuyo historia se remonta a los 20 como pijama, «aunque no es hasta los 60 cuando pasa a ser prenda exterior», después de su uso en las fábricas por un gran número de mujeres durante la Primera Guerra Mundial.

«En los 80 Fiorucci los convierte en la pieza fundamental de una noche de fiesta», descubre la comisaria, quien añade que «cada diseñador marca su esencia en cada pieza, pero la filosofía del traje original sigue presente».

Las voluminosas prendas del XIX se miran en los diseños de Dessés de los 50, en las siluetas de Dior y Balenciaga de los 40 e incluso en las de Agatha Ruiz de la Prada del XXI, «con un diseño que en el que realiza una concepción de los aros al revés», detalla Llorente.

Cincelar el cuerpo femenino, intentando recuperar un momento de la historia clásica, es un ejercicio que está representado a través de los diseños de Versace, Miyake o Paco Rabanne, actualizando el famoso Delphos de Fortuny, un hito del diseño, un plisado meticuloso que cada mujer hace del vestido un diseño único.

La exposición recorre desde el pasado más reciente a más rabiosa actualidad las variaciones de un tres piezas -pantalón, chaleco y chaqueta-, que provienen del traje masculino del XVIII, que se incorpora con naturalidad al armario femenino al igual que el traje sastre, «ambos en revisión constante».

Tres siglos de moda, 49 piezas de diseñadores como Courrèges, Pedro del Hierro, Devota&Lomba, Kenzo, Armani o Chanel, que muestra cómo la forma del «cuerpo pasa a desvincularse de la del vestido», indica Lucina Llorente.

Asimismo, se muestra la irrupción de los patrones japoneses en los 80 son el elemento central de la exposición, porque actúan «como un tangram (puzzle), con el que se construye, deconstruye, para volver a construir», concluye Lucina Llorente. EFE

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