Las películas apoyadas por televisiones ganan los Goya 2015 más importantes

Madrid, 7 feb.- «Truman», «A cambio de nada», «Nadie quiere la noche», «La novia», «Un día perfecto», «Anacleto: agente secreto» «El clan», «Atrapa la bandera», «El desconocido» y «Palmeras en la nieve» tienen en común haber ganado premios Goya como las mejores de 2015 y también haber contado con el apoyo de una televisión.

Las primeras, patrocinadas por RTVE, lograron en total 16 «cabezones»; cinco (los más importantes) «Truman»; dos, la ópera prima de Daniel Guzmán; cuatro técnicos «Nadie quiere la noche», otros dos, «La novia», -dirección de fotografía y actriz de reparto-; y uno cada una de las producciones de Javier Ruiz Caldera (efectos especiales); mejor cinta iberoamericana a Pablo Trapero y el guión adaptado de Fernando León de Aranoa.

Por su parte, Atresmedia, detrás de algunos éxitos notorios, como «Vicky, Cristina, Barcelona», «Siete mesas de billar francés» o «La isla mínima», que arrasó en 2015 en los Goya, logró este año cuatro galardones para dos de sus películas patrocinadas, «Palmeras en la nieve», a la canción original de Pablo Alborán y a la mejor dirección artística, y dos para «El desconocido», montaje y sonido.

Mediaset tuvo que conformarse con un solo «cabezón», puesto que no logró que sus «Ocho apellidos catalanes», la película más taquillera del año, se colara entre las nominadas, aunque obtuvo el prestigioso Goya a la mejor película de animación, que recayó sobre «Atrapa la bandera», de Enrique Gato.

Todo ello en una gala bendecida por la audiencia de televisión, los mismos espectadores que, un año más, han confirmado la tendencia salvadora que inició la taquilla con «Ocho apellidos vascos», «El Niño», «Relatos salvajes» y «La isla mínima» en 2014 -cerca de veinte millones de espectadores las cuatro cintas españolas-.

La gala, retransmitida anoche en directo por TVE, logró una audiencia de más de 3,9 millones de espectadores y una cuota de pantalla del 25,8 por ciento, un total de 10.458.000 espectadores que la han convertido en la edición más vista desde 2011.

También registró, a las 23:58 horas, en el momento de la entrega del premio a la actriz revelación a Irene Escolar, el «minuto de oro», con 4.810.000 espectadores viendo la tele, un 31,5 por ciento de la audiencia.

Una noche, sin duda histórica, para la Academia del Cine que, además del récord de audiencia, logró rebajar casi treinta minutos la gala del año pasado, como destacó un orgulloso, aunque dolorido presidente, Antonio Resines, que también, y como es costumbre, anunció a la prensa la elección de «Truman» como la película que representaría a España en los premios iberoamericanos Ariel.

Resines acudió a la fiesta con una muleta, aún convaleciente de una dura operación de cadera que le ha tenido en modo perfil bajo en la celebración de este año.

Además del esmoquin del dirigente político de Podemos, Pablo Iglesias, lo más comentado en las redes fue su tuit -«‘Buenas noches compañeros titiriteros’ @JuanDiegoBotto valiente, marca la diferencia. Rodilla en tierra amigo»-, en apoyo al actor, que minutos antes, había usado esas mismas palabras al entregar un premio, como apoyo a los titiriteros detenidos en Madrid por ensalzar a ETA en un teatrillo de carnaval.

En Twitter, también las lágrimas de Daniel Guzmán, la decisión de su abuela, candidata como actriz revelación a sus 93 años, de hacerse ella misma su vestido, o las «aberturas» laterales de los vestidos de Úrsula Corbero o Claro Lago.

Aunque el asunto más comentado fueron los arrumacos de la «pareja del año», Mario Vargas Llosa e Isabel Preysler, y su llegada cogidos de la mano, en las zonas «discretas» de la alfombra roja, las miradas -sobre todo femeninas- estuvieron clavadas en una señora sencilla y discreta que charlaba animadamente con la joven actriz María Luisa Mayol, mujer de Luis Tosar.

Era Florencia, la esposa de Ricardo Darín, aclamado por unanimidad (y a pesar de los jóvenes ‘guaperas’ de la fiesta) como el más atractivo de la noche. Y ella la mujer con más suerte.

El argentino cubrió catorce horas de vuelo para llegar a tiempo a los Goya, un tiempo, según confesó a Efe, que se pasó construyendo «hipotéticos discursos», que iba tachando, porque pensó que era «ridículo toparte de pronto con la sensación de la soberbia personal de creer que lo iba a ganar», así que los rompió todos.

Mientras, el director de «Truman», Cecs Gay, sumamente tranquilo, comentaba que está a punto de comenzar una serie de televisión, a propuesta de Movistar , el otro triunfador de la noche, Javier Cámara, se perdió los brindis para subirse a un avión rumbo a Los Ángeles (EEUU) donde hoy termina una serie televisiva que lleva meses rodando con Paolo Sorrentino. EFE