El petróleo amortigua la caída provocada por el fracaso de Doha
(Actualiza al cierre del mercado)
Guillermo Ximenis
Londres, 18 abr.- La abrupta caída del precio del crudo que provocó al inicio de la sesión de hoy la falta de acuerdo en Doha entre grandes productores para congelar su producción quedó amortiguada por el recorte temporal en las extracciones de Kuwait debido a una huelga en su industria.
El barril de Brent, de referencia en Europa, se desplomaba durante la mañana un 5,84 % respecto al cierre del viernes, pero recuperó terreno por la tarde y acabó las negociaciones en el mercado de Londres en 42,91 dólares el barril, un retroceso del 0,44 %.
El petróleo de Texas (WTI), que registró a primera hora un descenso del 4,31 %, bajó finalmente un 1,44 %, hasta los 39,78 dólares.
La Compañía de Petróleo de Kuwait (KOC) se ha visto obligada a limitar sus extracciones a 1,1 millones de barriles diarios, cuando su bombeo habitual ronda los 3 millones de barriles al día, debido al paro indefinido de parte de su plantilla.
Ese recorte puede aliviar de manera puntual el exceso de oferta global, la situación a la que Rusia, Arabia Saudí y otros grandes exportadores trataban de poner solución este domingo en un encuentro en Catar que terminó finalmente sin un compromiso para limitar el bombeo.
«Vamos a ver una debilidad a corto plazo en el mercado, hasta que se digiera el resultado de Doha», comentó a Efe el analista Richard Mallinson, de la firma Energy Aspects, quien puntualizó que la evolución de los precios en los próximos días «dependerá en gran medida de las noticias que lleguen de Kuwait».
A pesar del optimismo inicial sobre la posibilidad de alcanzar un consenso en Doha -se llegó a filtrar a los medios el borrador del acuerdo-, Arabia Saudí y otros países del Golfo Pérsico vieron como un obstáculo insalvable la negativa de Irán a unirse a las medidas conjuntas que se habían puesto sobre la mesa.
«En términos reales de oferta y demanda esto no cambia mucho. Irán nunca se planteó unirse a la congelación y es el único país del grupo que probablemente incrementará su producción durante este año», opinó Mallinson.
«Aun así, el mercado tenía la expectativa de que se llegaría a un acuerdo y la promesa de volverlo a intentar en un par de meses es un mensaje bastante negativo sobre la habilidad del grupo de productores para trabajar de forma colectiva», afirmó.
La perspectiva de que el encuentro en Catar fuera el primer paso hacia una colaboración más estrecha entre países para equilibrar el nivel de bombeo global empujó la semana pasada al Brent a su máximo anual -44,69 dólares el barril-, una marca que suponía un avance de cerca del 65 % respecto al mínimo de febrero (27 dólares).
La caída del precio, que en agosto de 2014 se situaba por encima de los 110 dólares el barril, ha golpeado a la industria en todo el mundo, lo que ha repercutido en el nivel de inversión en extracciones y nuevos yacimientos y puede provocar un descenso en la producción global que contribuiría a descongestionar el mercado.
Si bien la decepción de Doha puede potencialmente lastrar los precios por debajo de la barrera de los 40 dólares, en la que se han estabilizado en las últimas semanas, los expertos creen que no será un obstáculo para que la recuperación se consolide antes de 2017.
«Cuando nos acerquemos a junio, julio y el verano, creo que empezaremos a ver más pruebas de ese reequilibrio, lo que provocará que los precios repunten en la segunda mitad del año», sostuvo Mallinson.
El mercado está pendiente, además de la evolución de la huelga en Kuwait, del nivel de extracciones de Irán, que trata de recuperar su cuota tras varios años con las exportaciones limitadas debido a las sanciones internacionales por su programa nuclear.
Teherán ha aumentado en algo más de 400.000 barriles diarios, hasta 3,3 millones, su producción desde diciembre, algo por debajo de las expectativas, y los expertos consideran que a corto plazo no podrá dar un empujón significativo a esas cifras debido a la falta de infraestructuras.
Hasta que las inversiones extranjeras no reactiven la industria petrolera en Irán, de cara a 2017, la desestabilización por su regreso al mercado puede quedar matizada. EFE