¿Por qué hay 2.120 contagiados de coronavirus en la Guardia Civil y solo 715 en la Policía Nacional?

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha informado este lunes de que su departamento estudiará por qué se han producido casi el triple de contagios entre agentes de la Guardia Civil en relación con los registrados en la Policía Nacional: 2.120 frente a 715.

Acompañado en rueda de prensa del titular de Sanidad, Salvador Illa, Marlaska ha reconocido que hay un número «sustancialmente superior» de contagios dentro del instituto armado en comparación con la Policía Nacional.

Fuentes de su departamento han informado a Efe de que, de los 2.835 contagios registrados en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, una amplia mayoría, 2.120, se han producido entre guardias civiles, frente a 715 policías infectados.

Cifras que hacen que el ministro haya encargado al Servicio de Inspección y Seguridad del Ministerio un estudio para determinar si hay alguna razón al respecto, según ha indicado en rueda de prensa.

Aunque ha admitido que es «aventurado» sacar alguna conclusión de manera prematura, el ministro ha contemplado que quizá podría influir que dentro del cuerpo de la Guardia Civil «normalmente existe una convivencia mayor compartiendo pabellones» y otras instalaciones, si bien ha asegurado que este podría ser un elemento de entre muchos otros.

A los datos correspondientes a la Policía y Guardia Civil se unen los 769 contagios en las policías locales, 193 dentro de los Mossos d’Esquadra, 65 en la Ertzaintza y 29 entre los agentes de la Policía Foral. En total, 3.891 contagios en las fuerzas de seguridad, según las fuentes consultadas.

La semana pasada Marlaska destacó un descenso en los contagios de los agentes de las fuerzas de seguridad y señaló que en siete días (del 24 al 31 de marzo) hubo 667 infectados nuevos, en tanto que en el mismo periodo de siete días (del 15 y 22 de abril) se redujeron los contagiados a 128.

Preguntado de nuevo por la difusión de noticias falsas, Marlaska ha reiterado que la desinformación forma parte de un «ámbito muy amplio» y que generalmente tiene que existir un fin «lucrativo» al difundirla o el objetivo de «causar engaño y alarma social».

Para combatirlas, ha resaltado, las fuerzas de seguridad trasladan a la Fiscalía o al juzgado aquellos bulos que revisten «indefectiblemente» carácter de delito, y también hacen la labor de informar a la sociedad de la falsedad del bulo a través de las redes sociales.