Puigdemont, de CDC, con más sintonía con los antisistema de la CUP que con el PP
El presidente catalán, Carles Puigdemont, ha cerrado hoy una ronda de contactos con los grupos parlamentarios que el Govern ve «fructífera» porque se han abierto líneas de colaboración, especialmente con la CUP, aunque no se haya cerrado ningún acuerdo en asuntos inminentes, como los presupuestos.
Es el balance que ha hecho hoy la consejeera de Presidencia y portavoz del Govern, Neus Munté, tras la reunión en el Palau de la Generalitat entre Carles Puigdemont y el presidente de Junts pel Sí, Jordi Turull (CDC), con la que el presidente catalán ha cerrado la ronda de contactos con todos los grupos parlamentarios.
Unos encuentros «fructíferos», según Munté, que han servido para poder explorar unas «líneas de trabajo», pese a que existan discrepancias con la oposición, en asuntos como el plan de choque social, las infraestructuras y la movilidad, la ley de cambio climático y la lucha antiyihadista.
Munté ha detallado que el grupo con el que ha habido menor sintonía es el PPC, mientras que en el otro extremo ha situado a la CUP, con la que JxSí quiere negociar prioritariamente los Presupuestos de la Generalitat en virtud del acuerdo de estabilidad entre las dos fuerzas.
Sobre este asunto, Turull ha asegurado, por su parte, que no pedirán un «cheque en blanco» a la CUP y ha remarcado que ve «margen para el acuerdo» con los anticapitalistas, porque las de 2016 serán cuentas «lo máximo sociales posibles».
Lo que no se sabe es si esta gran síntonía con los antisuistema de la CUP que, entre otras cosas, quiere que Cataluña salga de la Unión Europea y del euro, será del agrado de los cada vez menos votantes de CDC, que tradicionalmente respondía al empresario y a la clase media y alta de Cataluña. Los programas, excepto en el la químera secesionista, entre los CDC, un partido considera de derechas, y los de la CUP, una formación alineada con la izquierda más radical, se parecen como la noche y el día. Todo sea por la independencia.