Cómo reclamar el cierre repentino de las clínicas dentales Funnydent

Cómo reclamar el cierre repentino de las clínicas dentales Funnydent

29 enero, 2016
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Actualizado: 29 enero, 2016 0:00
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Las nueve clínicas dentales que tenía Funnydent en Madrid (Leganés, Móstoles, Alcorcón, Fuenlabrada, Alcobendas, Torrejón de Ardoz y Alcalá de Henares) y Barcelona (Sabadell y Mataró) cerraron ayer sin previo aviso, dejando a miles de pacientes con tratamientos a medio hacer y a los empleados de las sedes en ambas ciudades en la calle.

Ante este contexto, reclamador explica que los afectados pueden recuperar el dinero ya abonado a las clínicas  odontológicas, y por otro, también pueden resolver los contratos de financiación y no seguir pagando por un servicio a medias o tratamiento que no reciben.

En buena parte de los casos, los afectados tenían algún tipo de financiación y ya habían pagado por adelantado los tratamientos. Y además, según recogen varias fuentes, los trabajadores de la empresa llevaban varios meses sin cobrar sus nóminas.

En ese sentido, la plataforma de reclamaciones de referencia en España ayudará a todos los clientes perjudicados y trabajadores de las clínicas a defender sus derechos. A través de este enlace se puede completar un sencillo formulario, donde los afectados pueden hacer sus consultas y recibir asesoramiento, sin ningún coste inicial.

En ese sentido, Francisco Hernández, director legal de reclamador, señala que “entendemos que es un caso flagrante de mala fe empresarial y que no tienen que ser los perjudicados los clientes de las clínicas, por lo que con independencia de resolver los contratos sin penalización, vamos a exigir a los administradores de Funnydent que se responsabilicen de su mala actuación”.

Un antecedente: Opening

Este caso recuerda al cierre de las academias de inglés Opening, en 2002, que se produjo sin haber avisado previamente a sus usuarios y habiendo recibido en concepto de pago de matrículas durante los meses previos a su bancarrota unos 30 millones de euros de 45.000 alumnos, que financiaban los precios mediante créditos bancarios.

Finalmente, años más tarde, la justicia ha dado la razón a los consumidores, quienes solicitaban a los tribunales que se anulasen los créditos contraídos con las entidades financieras y se indemnizara a los alumnos que se quedaron sin clases.

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