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Miguel Sebastián, entre Zapatero y Sánchez, ahora consejero de Indra por la Sepi y uno de los instigadores del cambio de presidente en el grupo tecnológico. / EFE

Sánchez abre las puertas giaratorias de Indra a Miguel Sebastián y al exdiputado socialista Cuevas

Una vez más, las empresas con participación pública se ponen al servicio de personajes que han sido despedidos de la política. Indra ha acordado este jueves el nombramiento como consejeros del exministro de Industria Miguel Sebastián y del exdiputado socialista Antonio Cuevas en representación de la SEPI, que cuenta con un 18,7% del capital.

Con estos nombramientos se cubrirán las vacantes dejadas por Adolfo Menéndez y el exministro de Trabajo y Asuntos Sociales Juan Carlos Aparicio, que presentaron su dimisión como consejeros dominicales de la SEPI, máxima accionista de Indra, con el 18,7 %.

Doctor en Economía, Sebastián fue director del Servicio de Estudios del BBVA de finales de 1999 a enero de 2003, cuando Francisco González prescindió de sus servicios. Tras ese despido, se incorporó al equipo de asesores económicos del entonces secretario general del PSOE José Luis Rodríguez Zapatero, con quien continuó como director de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno desde 2004 a 2006.

Como economista, ha trabajado además en la Dirección de Planificación del Ministerio de Hacienda, en el Servicio de Estudios del Banco de España y fue director general de InterMoney, una firma de los mercados de valores muy bien relacionada siempre con el PSOE, y de la que salieron cargos como Carlos Arenillas, que siendo consejero de la CNMV fue acusado por su presidente Manuel Conthe de maniobrar a favor de Enel en la opa sobre Endesa.

En abril de 2008, Miguel Sebastián regresó a la política como ministro de Industria del Gobierno de Zapatero, cargo que ocupó hasta 2011.

Miguel Sebastián tiene muchos casos polémicos en su armario, como el almacén de gas Castor, el Plan-E, que se basaba en cambiar aceras o rotondas de los pueblos, o los millones de euros que gastó del contribuyente en la compra de bombillas chinas de bajo consumo que quedaron en el olvido en los almacenes de Correos. Pero el más grave de todos ellos es el que ha saltado recientemente a la luz de demuestra su papel de actor principal en la trama urdida para desbancar a Francisco González de la presidencia del BBVA con el apoyo de la constructora Sacyr o de empresarios como Juan Abelló.

Todo ello se ha conocido ahora porque han trascendido las escuchas ilegales que el BBVA, presidido en aquellos años por Francisco González, encargó al ahora excomisario Villarejo, en prisión, el seguimiento de políticos, empresarios y periodistas que trabajaban a favor del asalto al banco, entre otras cosas, porque González hizo su carrera de banquero gracias al PP cuando lo nombró en 1996 presidente de Argentaria y era el PSOE el que gobernaba y quería que uno de los grandes bancos españoles estuviera bajo el mando de un hombre de los populares.

También se conoce a Sebastián por estar detrás de la polémica tesis doctoral de Pedro Sánchez, que para algunos fue incluso escrita desde la Oficia Económica de Moncloa que dirigía el ahora nuevo consejero de Indra. Sánchez nunca ha podido acallar las sospechas de plagio sobre su tesis realizada en la Universidad Camilo José Cela de Madrid.

Por su parte, el mayor mérito de Antonio Cuevas, exdiputado socialista desde la debacle del PSOE en 2011, para ser consejero de una de las empresas tecnológicas puntales de España es ser amigo, como buen andaluz y del partido, de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

El sueldo básico de un consejero de Indra es de 120.000 euros anuales, una cantidad que Cuevas engordará con unos cuantos miles de euros más al ser también nombrado presidente de la Comisión Ejecutiva.

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