Soria abandona la política tras una polémica semana de confusas explicaciones
Madrid, 16 abr.- El ya exministro de Industria José Manuel Soria abandona sus más de dos décadas dedicado a la política tras una semana polémica, cinco días de vértigo en los que filtraciones, documentos y confusas explicaciones le han arrastrado a la primera renuncia en funciones de la democracia.
Una renuncia que, según explicó ayer él mismo en dos entrevistas, supone asumir su «responsabilidad» política por haber asegurado en declaraciones públicas que nunca había tenido actividad en paraísos fiscales, cuando sí la tuvo, pero no admitir delito alguno, ya que niega haber cometido «ningún tipo de ilegalidad».
Este «error» no tuvo «intención de engañar», según el exministro, sino que se debió a que no recordaba con exactitud esa parte de su actividad empresarial -«¡veinte años después cómo me iba yo a acordar!», aseguró-.
La investigación de los denominados papeles de Panamá -una serie de filtraciones del despacho panameño Mossack Fonseca- desveló el lunes que Soria figuró, durante unos meses de 2012, como administrador de una sociedad en el paraíso fiscal de Bahamas.
Esta información, achacada a un «error» desde el primer momento por el exministro, sirvió de punto de partida para una investigación mayor, a través de los registros del Reino Unido y Jersey, que destapó una red de sociedades más amplia.
Y es que la empresa británica -de igual nombre que la de Bahamas- con la que Soria decía que solo mantuvo relaciones «comerciales», contó con el exministro como secretario durante ocho años de la década de los noventa. Además, había sido fundada por su padre, quien fue accionista hasta su muerte en 1990.
«Me he enterado hoy de que era secretario de la empresa UK Lines», afirmaba el martes, para que el miércoles aparecieran documentos con su firma.
La rueda de prensa que ofreció a última hora del martes en el Congreso de los Diputados fue su última intervención como ministro. En ella, anunció que solicitaba una comparecencia a petición propia, prevista para el próximo lunes que ya nunca tendrá lugar.
Hasta ese momento, tanto el Gobierno como el PP habían cerrado filas con el entonces ministro. Todos consideraron que había respondido de forma rápida y concluyente a las acusaciones.
Pero el jueves todo cambió. No solo aparecieron firmas del ministro, sino también una sociedad en Jersey en la que constaba como administrador.
Esta sociedad de Jersey era, además, propietaria del 80 % de una de las empresas de la familia Soria y estaba gestionada por la firma Canal Trust -una filial de BBV Privanza que estuvo relacionada la pasada década con el caso de las cuentas secretas del BBV en paraísos fiscales-, que además fue quien inscribió la compañía de Bahamas.
Se da también la circunstancia de que la sociedad de Jersey y la de Bahamas tienen los mismos accionistas, dos sociedades que actuaban como entidades fiduciarias del grupo BBV.
Una larga serie de informaciones, documentos y «errores» en las explicaciones, como ha reconocido el propio Soria, que ha puesto en cuestión la versión del ministro y ha mermado progresivamente el apoyo de sus compañeros de Gobierno y de partido.
Renunciaba, así, para intentar paliar «el daño evidente que la situación está causando al Gobierno de España, al PP, a mis compañeros de militancia y a los votantes».
Esta «responsabilidad» fue esgrimida una y otra vez por el exministro en las entrevistas de ayer para justificar su renuncia, al mismo tiempo que insistió en que toda su actividad estuvo declarada en España y que su «error» de comunicación fue hablar antes de recabar unos datos que había olvidado y que no tenía intención de «ocultamiento», ya que figuraba con su nombre en todos los registros.
Tras la renuncia, la responsabilidad del Ministerio de Industria quedará en manos del ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, que se encargará del despacho ordinario de los asuntos ante la imposibilidad de designar un nuevo ministro hasta que se forme Gobierno. EFE