El Supremo anula el nombramiento del hermano del consejero del Tribunal de Cuentas
El Tribunal Supremo ha anulado el nombramiento como Subdirector Técnico en el Tribunal de Cuentas del hermano del consejero Javier Medina Guijarro, porque la convocatoria y concesión de esa plaza constituyó «una desviación de poder». El Tribunal de Cuentas se convirtió en una empresa ‘muy familiar’, con más de 100 familiares dentro del organismo.
La convocatoria de la plaza, considera la Sala de lo Contencioso Administrativo del Supremo, debe ser anulada porque se modificaron los requisitos establecidos en una convocatoria anterior para facilitar su concesión al hermano del citado consejero y no al candidato más idóneo.
Un letrado del Tribunal de Cuenta denunció la invalidez de la convocatoria y acusó a la institución de desviación de poder, acusación que la sentencia del Supremo considera fundada.
En su fallo, el alto tribunal considera probado que la convocatoria «estuvo dirigida a suprimir los obstáculos que frente a otros aspirantes pudiera tener Medina Guijarro».
No es la primera vez que el Tribunal Supremo anula nombramientos técnicos en el Tribunal de Cuentas, el órgano fiscalizador de las cuentas de los partidos políticos y de la gestión económica del Estado y del sector público.
Las Cortes nombran a los doce consejeros del Tribunal de Cuentas, algunos de los cuales son ex altos cargos de los partidos -o familiares suyos- cuya financiación deben fiscalizar.
El propio Supremo criticó en febrero de 2013, en otra sentencia que anulaba dos nombramientos de asesores, la politización del Tribunal de Cuentas. En aquel fallo el Supremo lamentó la abundancia de recomendados en esta institución frente a los funcionarios de carrera.
En este caso la sentencia anula este nombramiento porque en la convocatoria hecha para que la ganara Medina se prescindió sin justificación de las exigencias de dominio de inglés y francés y de otros perfiles técnicos de la plaza. Además, previamente se incluyó al beneficiario de la desviación de poder en la plantilla temporal del Tribunal de Cuentas, desde la que pudo aspirar a la plaza que pretendía ser definitivamente suya.