Turbulencias bursátiles chinas arrastran también a Wall Street
Agustín de Gracia
Nueva York, 7 ene.- Wall Street sufrió hoy en carne propia las fuertes caídas que han contagiado a todo el mundo por las turbulencias bursátiles generadas desde China, y se anotó este jueves uno de los peores retrocesos de los últimos meses.
El Dow Jones de Industriales, el principal indicador los mercados bursátiles de Nueva York, cedió casi 400 puntos, o el 2,32 %, hasta las 16.514,10 unidades, un nivel que representa una pérdida del 10 % desde el máximo anotado en los últimos doce meses.
Con el descenso de hoy y la evolución de los últimos días, el Dow Jones ha acumulado unas pérdidas que representan el peor comienzo del año en toda la historia de ese indicador bursátil.
La caída del Dow Jones fue parecida a la del selectivo S&P 500 (-2,37 %), pero la jornada fue peor para el índice compuesto del mercado Nasdaq, en el cotizan las principales firmas tecnológicas, que cayó un 3,03 %.
Por ejemplo, Apple, la estrella del Nasdaq y la compañía con mayor capitalización bursátil en Estados Unidos, cayó un 4,22 % y perdió al cierre los 100 dólares por acción por primera vez desde octubre pasado.
La jornada de hoy comenzó con nubarrones procedentes de China, cuyos mercados bursátiles tuvieron una sesión de 27 minutos por un fuerte desplome en los títulos que derivó en la aplicación de un mecanismo de protección cuando el descenso supera el 7 %.
El dato final indica que la Bolsa de Shanghái perdió un 7,04 %, y el descenso que comenzó a contagiar a todo el mundo según iban abriendo los mercados: el principal indicador de Hong Kong cayó un 3,09 % y el de Tokio un 2,33 %.
Con estos antecedentes, y la evolución de los mercados de Europa, Wall Street apostaba a las pérdidas desde antes del comienzo de las operaciones, y la tendencia se confirmó a la apertura.
Aunque hubo un ligero repunte hora y media después del comienzo de la sesión, todavía en terreno negativo, las caídas se agudizaron a media jornada, entre otras razones por declaraciones que, en lugar de generan ánimos, sembraron más dudas.
El multimillonario George Soros, una de las figuras más respetadas en las finanzas de Estados Unidos, se hizo eco hoy de los peligros actuales en declaraciones en Sri Lanka que fueron destacadas en los medios estadounidenses.
El entorno actual, dijo Soros en un foro económico, «me recuerda la crisis que tuvimos en 2008».
El financiero dijo que los mercados tienen que ser muy precavidos sobre la crisis actual y agregó que China está buscando un nuevo modelo de crecimiento y la devaluación de su moneda está transfiriendo problemas al resto del mundo.
Otros comentaristas dijeron que quizás la caída que se vive ahora no puede llegar a ser tan grave como la de hace ocho años, pero sí existen condiciones para un fuerte descenso, lo que se une a la incertidumbre política por el año electoral en Estados Unidos.
La caída en Wall Street se agudizó en medio de versiones que hablan de la posibilidad de que China devalúe próximamente el yuan en al menos un 10 %, el doble de lo que aplicó en agosto pasado y que, ya entonces, generó fuertes caídas bursátiles en todo el mundo.
Y, por si fuera poco, los precios del crudo volvieron a caer hoy, y en el caso del petróleo de Texas el valor llegó a los niveles de febrero de 2004, en 33,27 dólares el barril.
De nada sirvió que el Departamento de Trabajo de Estados Unidos anunciara que las solicitudes semanales de desempleo terminaron el año en su menor nivel en más de cuatro décadas, en 277.000 casos, ya que Wall Street estaba inmerso en lo que algunos analistas calificaron como una «estampida de ventas», y así terminó.
Europa tampoco quedó exento de estas caídas mundiales. El principal indicador de Fráncfort retrocedió un 2,29 %, el de Londres un 1,96 %, el de París un 1,72 % y el de Madrid un 1,5 %.
La atención está puesta ahora en la sesión de este viernes, cuando abran los mercados asiáticos.
Las autoridades de China anunciaron hoy que suspenderán en la siguiente sesión el mecanismo automático que paraliza las operaciones con caso de movimientos bruscos, conscientes de que los efectos son más negativos que positivos. EFE