UGT cumple 130 años en un declive imparable: Pérdida de casi la mitad de sus afiliados en el último año

UGT cumple 130 años en un declive imparable: Pérdida de casi la mitad de sus afiliados en el último año

12 agosto, 2018
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Actualizado: 12 agosto, 2018 23:13
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UGT ha cumplido 130 años desde su fundación, una trayectoria que le coloca como el segundo sindicato más longevo de Europa, pero en sus horas más bajas. La corrupción y su posición en Cataluña están acabando con el sindicato socialista. En 2017 ingresó en 46% menos por cuotas de sus afiliados que en 2016 y el 50% menos que en 2015.

El ecretario general de UGT, Pepe Álvarez, resume en una frase: «Detrás de cada derecho y libertad conquistado desde 1888 en nuestro país siempre ha habido un ugetista». Lo que ocurre es que cada vez hay menos, desilusionados por la corrupción que vive el sindicato socialista, ya no sólo en Andalucía, un  feudo suyo tradicional, donde se ha visto implicado tanto en los EREs como en el fraude de los curos de formación, pero también en Asturias, con su exlíder minero en juicio por corrupción. Sin olvidar su ambigua situación en Cataluna que no ha gustanado entre los trabajadores andaluces o extremeños.

El 12 de agosto de 1988 se fundaba en Barcelona la Unión General de Trabajadores (UGT), el sindicato más antiguo de España, en un congreso fundacional que aprobaría los primeros estatutos y que elegiría como primer presidente a Antonio García Quejido.

«Los trabajadores tienen ya en nuestro país las dos organizaciones que le son necesarias para luchar con éxito por sus intereses: El Partido Socialista Obrero y la Unión General de Trabajadores», defendió entonces el fundador de ambas organizaciones, Pablo Iglesias.

UGT nace en un momento de duras condiciones laborales y represión de las organizaciones obreras -hubo 71 paros generales y 92 paros parciales entre 1902 y 1905-, aunque también fueron años de conquistas, como la ley sobre el trabajo de mujeres y niños, la de accidentes de trabajo o la de descanso dominical, así como la primera celebración del Primero de Mayo en 1890.

Su historia está salpicada de hitos, desde la incorporación de la primera mujer al Comité Nacional en 1916 o la huelga del año siguiente, con la que se logró la jornada laboral máxima de ocho horas.

Uno de sus secretarios generales, Francisco Largo Caballero, impulsó durante su etapa como ministro de Trabajo de la II República las leyes del contrato de trabajo, de asociaciones profesionales o de cooperativas. Pero no hizo nada por la Seguridad Social, que España le debe al General Franco.

Los «altibajos» condujeron al sindicato desde la organización de la defensa, economía, orden público o abastecimientos del Estado durante la Guerra Civil a la clandestinidad y el exilio una vez finalizada la contienda. Tras 40 años de vacaciones o de oposicón light al franquismo, la vuelta de la democracia trajo la libertad sindical y la recuperación de la celebración del Primero de Mayo, así como el Estatuto de los Trabajadores, la jornada de trabajo de 40 horas semanales o las vacaciones de 30 días.

UGT, entonces liderada por Nicolás Redondo, se alió con CCOO para abanderar las protestas durante la reconversión industrial de los años ochenta, una concertación sindical que continuaría con la reforma del PER o la adhesión al Pacto de Toledo.

Las protestas volverían con fuerza, ya bajo el mandato de Cándido Méndez, con la crisis económica y los recortes, con el objetivo de combatir el desempleo, la reducción de salarios de los funcionarios o la congelación de las pensiones. Esas propuestas fueron abiertamente contra los gobiernos de Aznar, pero nunca contra los de Zapatero, el único presidnete del Gobierno de España que ha congelado las pensiones o ha recortado los sueldos a los funcionarios. Todo ello fue mermando la confianza de los trabajadores en el sindicato socialista.

Ahora, el sindicato abre una nueva etapa de lucha por la recuperación de los derechos laborales perdidos durante la crisis, contra los recortes en las pensiones y, especialmente este año, la igualdad de los derechos de la mujer. Pero como siempre que gobierna el PSOE ha bajado el tono de sus protestas. Su ambigua posiciónen Cataluña, defendiendo la posición de los independentistas de la mano de Pepe Álvares ha sido su úttima puntilla.

De hecho, en un año de gestión de Sánchez ha perdido la mitad de sus afiliados. En el año 2017, según la información mínima y sesgada sobre sus cuentas que aparece en su página web, para más ironía en ‘su portal de transparencia, el año pasado obtuvo unos ingresos propios, es decir de cuotas de afiliados, de 10,07 millones de euros, frente a los 18,78 millones de euros de 2016. Si la comparativa es con 2015, cuando ingreso 20,99 millones, la caída es de más del 50%. Eso sí, subieron con fuerza en 2017 las subvenciones, que ahora define como ingresos de programas, que pasaron de 1,18 millones de 2016 a 4,83 millones.

130 años de historia, pero 40 de vacaciones en el régimen del General Franco y 10 de declive, desde que en 2008 Zapatero engañó a los españoles con la vista gorda del sindicaro socialistas. Desde entonces no ha levantado cabeza y su posición en Cataluna no ha hecho nada más que perjudicar más su situación en el resto de España.

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