Vender agua para regalarla a quien no tiene

Vender agua para regalarla a quien no tiene

04 marzo, 2016
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Actualizado: 04 marzo, 2016 0:00
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Irene Escudero

Madrid, 4 mar.- Vender agua mineral embotellada en España para invertir los beneficios en proyectos de agua y saneamiento en países como Camboya, República Centroafricana, Etiopía o Benín, donde millones de personas no tienen acceso a agua potable, es la idea de la empresa social Auara.

Así nació este proyecto. Se le ocurrió a Antonio Espinosa de los Monteros, un joven arquitecto español, al volver de Etiopía después de una temporada trabajando en la construcción del primer quirófano en una región donde viven millón y medio de habitantes.

Tanto para consumo, higiene o cultivo, «en los lugares donde existe una pobreza extrema, el agua siempre es la base», explica a Efe el arquitecto, quien se propuso empezar a trabajar para revertir ese problema.

Volvió mentalizado, pero todo ocurrió «de forma muy casual». Hablando con un amigo, Pablo Urbán, que había trabajado en una empresa social, decidieron aunar conceptos y montar una propia.

Una empresa que revirtiese todos sus beneficios en una causa social: acabar con el problema del agua en diversas regiones del mundo.

Con Auara -que en una lengua etíope significa «tormenta de arena en el desierto»- esperan poder estar vendiendo las primeras botellas de agua a finales de abril, «como tarde a principios de mayo».

Y ya tienen pensados algunos de los proyectos en los que van a invertir este año. La mayoría en lugares donde han estado, y todos desarrollados por socios locales que estén «muy metidos en el terreno», sepan bien qué problemas tienen esas sociedades y sean capaces de desarrollar «proyectos que realmente vayan a tener impacto».

En Camboya, por ejemplo, el objetivo es dotar al centro de salud de un pueblo de una fuente de agua limpia para que las mujeres puedan parir de forma segura y construir baños a todas las familias que se han visto afectadas en la zona por el virus del sida por culpa de una mala praxis de un curandero local.

En República Centroafricana se van a concentrar en la reparación de algunos pozos que construyó el Gobierno en los ochenta y que no se encuentran en funcionamiento.

«Con pequeñas inversiones puedes solucionar un problema sin tener que hacer una perforación nueva», explica Espinosa de los Monteros.

En Etiopía su intención es colaborar con una ONG para el desarrollo local, Amigos de Silva, que lleva siete años trabajando en una de las zonas más secas del planeta.

Paco Montero, fundador de dicha organización, cuenta a Efe que el mes que viene, con la ayuda de Auara, comienzan las obras para construir dos pozos nuevos, en un momento en el que está previsto en el país una hambruna muy fuerte provocada por la falta de lluvias.

El problema del agua no implica sólo que consumirla contaminada cause cuatro millones de muertes por diarrea y otras enfermedades, sino que en zonas como la etíope son las niñas las que tienen que recorrer hasta diez kilómetros al día y cargar con bidones de hasta veinticinco kilos para que sus familias puedan tener agua que, a veces, no está habilitada para su consumo.

Y todo ello, a costa de que esas niñas no vayan al colegio.

Auara quiere establecer proyectos estables en el tiempo, con gente que pueda avisarles si algo va mal y con una implicación de la comunidad beneficiaria que pasa por cobrar un precio simbólico por una cantidad abundante de agua o lograr la financiación de un 5 % de las obras, ya sea con dinero, terrenos o mano de obra.

Explica el fundador de la empresa social que esto es importante porque «genera un esfuerzo y hace que valoren lo que tienen».

Para la comercialización del agua, buscan máxima calidad, con agua de un manantial de León y botellas ecológicas; «las primeras de Europa con plástico 100 % reciclado».

«No vamos a intentar solucionar un problema social en un lugar del mundo, generando un problema medioambiental aquí en España», justifica Espinosa de los Monteros. EFE

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