El blockchain para votar en las elecciones está más cerca de lo que piensas
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Un joven pasado de copas tiene el atrevimiento de acercarse a un oso encerrado entre barrotes. Éste se pone a juguetear con el animal y a importunarle. El carnívoro, hastiado del manoseo vacilón de su contrario, procede a propinarle una dentellada. El mordisco del mamífero es de tal ferocidad que le arranca la mano y el antebrazo. Este triste episodio ha tenido lugar en la región de Murmanskaya, sita en Rusia.