Wall Street se libra del desplome de Europa, pero también cierra con pérdidas
Nueva York, 11 feb.- Wall Street amortiguó parte de las fuertes pérdidas que tuvo a lo largo de la jornada, y aunque cerró hoy con un descenso del 1,60 % en el Dow Jones de Industriales, su caída es mucho menor que el desplome de las bolsas europeas.
El Dow Jones, el principal indicador del mercado, llegó a perder hoy el 2,6 % en el peor momento de la sesión, con un mercado a la baja desde el inicio, pero en la última hora repuntó algo y pudo terminar la jornada con un tropiezo relativamente controlado.
Igual comportamiento tuvo el selectivo S&P 500, que terminó con un descenso del 1,23 %, mientras que el índice compuesto del mercado Nasdaq, que estuvo en rojo casi todo el día, llegó a tocar levemente el terreno positivo, aunque acabó con un descenso del 0,39 %.
Wall Street empezó la sesión nervioso por las pérdidas que se estaban registrando en los mercados europeos y que terminaron en un desplome de los valores.
Al cierre de las bolsas europeas, el principal indicador de la Bolsa de París cayó un 4,05 %, el de Londres un 2,39 %, el de Fráncfort un 2,93, Milán un 5,63 % y Madrid un 4,88 %.
Wall Street vivió este desplome pendiente de esos datos pero, sobre todo, de la comparecencia que estaba haciendo ante un comité del Senado la presidenta de la Reserva Federal (Fed), Janet Yellen.
De la larga exposición que hizo Yellen, los analistas destacaron lo que dijo acerca de que la posibilidad de llegar a tener tasas de interés negativas es algo que no está «fuera de la mesa» en caso de que la actividad económica lo justifique.
De hecho, dijo que esa posibilidad fue analizada en 2010, cuando las tasas estaban próximas al 0 %, pero fue descartada, y en diciembre del año pasado la Fed aplicó una ligera subida, hasta un rango del entre el 0,25 y el 0,50 para las tasas de referencia.
Wall Street no espera que, de momento, esos niveles vayan a cambiar mucho, aunque está preocupado por la posibilidad de que gane peso la necesidad de unas tasas negativas, como están surgiendo en otros países.
«Al mercado no le interesan tasas negativas», dijo la vicepresidenta de la gestora de valores del grupo JP Morgan, Samantha Azzarello, en declaraciones en el parqué de la Bolsa de Nueva York a la cadena financiera CNBC.
Pero también reconoció que, aunque tampoco se puede hablar de que «el mercado es irracional», «hay un poco de desconexión con la economía real» en Estados Unidos, con un crecimiento de la actividad económica del 2,4 % en 2015.
La sesión comenzó con un dato contundente: un informe que analiza las perspectivas de los operadores de futuros de bonos públicos indicó que no se espera una nueva alza en las tasas de interés hasta febrero de 2018.
Es decir, el compromiso de diciembre pasado de la Fed para una progresiva «normalización» de la política monetaria, con subidas graduales de las tasas de interés para este año, es algo que en Wall Street cada día se ve más remoto.
A la vez que el mercado seguía de cerca la exposición de Yellen en el Senado, estaba atento, un día más, al descenso en el precio del petróleo, que en el caso del crudo de Texas acabó con un mínimo anual, 26,21 dólares el barril, el más bajo desde mayo de 2003.
Pero, una vez cerradas las operaciones a viva voz en el mercado de materias primas de Nueva York, surgieron versiones sobre un posible recorte en las cuotas de producción en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Lo dijo el ministro emiratí de Energía, Suhail bin Mohammed al Mazruei, una figura que no tiene tanto peso como los responsables del petróleo de Arabia Saudí, que prácticamente tienen la última palabra a la hora de definir ese tema.
Esas declaraciones generaron un ligero repunte en las operaciones electrónicas de los futuros del petróleo de Nueva York, y ello contribuyó a que Wall Street rebajara la caída que estaba incubando a lo largo del día.
Pero también con prudencia, porque como dijo en una nota el analista jefe de la firma The Lindsey Group, Peter Boockvar, esa posibilidad se ha escuchado varias veces durante las últimas semanas, por lo que sólo debe considerarse como «un grano de sal».
La sesión de Wall Street, de gran volatilidad, y el desplome bursátil de Europa dejaron un claro vencedor, el precio del oro, refugio en momentos de turbulencias y que al cierre de los mercados bursátiles de Nueva York ganaba un 4,4 %.
Y también dejó otro perdedor, el valor del dólar, que se estaba depreciando un 0,3 % frente al euro, con un valor de 1,1325 dólares por divisa europea. EFE