Como una moto
Me contaba durante las vacaciones un asesor financiero que el mundo está cambiando pero que todavía había muchos que no se han enterado.
Vaya por delante decir que, a medida que la bola sigue creciendo y creciendo, los molinos empiezan a parecer gigantes y que se están cometiendo excesos y actos de libertinaje con determinadas empresas que le ponen la cara colorada hasta al mas chuleta, pero que obviar lo que es obvio; que el mundo está cambiando a una velocidad endiablada es estar completamente desconectado de la realidad y, de la inversión.
En esas, el mercado también cambia y se transforma, a veces de una forma muy violenta como están reflejando los cambios en los índices Dow Jones, SP500, e incluso Euro Stoxx 50 tras las salidas de BBVA, Telefónica, Societe general, Fresenius y Orange. El desplazamiento del dinero desde el sector industrial tradicional que tan buenos resultados ha dado durante todo el siglo 20 hacia la tecnología ha sido y seguirá siendo la tónica. Ahora sí que la bolsa está entrando en el siglo 21.
Alguien podría decir, ya me están contando otra vez la milonga de Facebook, Apple o Amazon, pero esto es sólo la punta del iceberg. Lo más llamativo y lustroso. Hay empresas de segunda, tercera fila, quizás no tan conocidas como los cinco magníficos de Wall Street pero que están en plena ebullición ( aunque esto nos recuerde nuevamente a las temidas burbujas). Cierto, que muchos seguirán pensando que están completamente fuera de precio y alejadas de la realidad y de las valoraciones. Pero los tiempos han cambiado y han cambiado también las maneras de hacer esas previsiones y establecer esas valoraciones.
No nos podemos quedar simplemente con que el Nasdaq sube un 40% en el año, Apple un 82%, Euro Stoxx 50 un -10% y el Ibex un -26%. Lo importante son las expectativas de beneficio, de actividad, de inversión y, es posible y hasta probable, que algunas compañías del Nasdaq vayan muy pasadas de rosca pero pero el conjunto no, y la tecnología, la salud, las renovables, y el consumo no cíclico son refugios, sectores defensivos en en estos tiempos de pandemia y transformación que nos ha tocado vivir.