¿Techo en el SP500? ¿Suelo en el Ibex?

La tormenta amaga con amainar pero es pronto para dar por finiquitada la última corrección.

Razones y argumentos para salir pitando de la bolsa o para comprar como si no hubiese un mañana los hay para todos los gustos y de todos los colores. Estos días escuchamos en el mercado una cosa y al día siguiente la contraria. Lo fácil es observar los índices más grandes del mundo o al Ibex y sacar conclusiones terminantes, casi absolutas. Lo difícil entender que las expectativas están formadas por personas que hacen apuestas en función de lo que piensan que va a ocurrir, y no en función de lo que está ocurriendo.

Cualquiera que dispongan de una pequeña parte de capital habrá estado tentado estos días a comprar las empresas más grandes y populares del mundo y en otros casos las más defenestradas y contaminadas. ¿Quién de nosotros no se ha sentido culpable alguna vez por haber hecho algo que nuestra cabeza nos decía que era una mala idea? ¿Quién no se ha comprado alguna vez algo y después se ha preguntado para que diablos sirve?

Protéjase fuera y dentro de la bolsa.