Adiós trabajo, adiós.
La llegada del verano y el fin de las restricciones ha permitido al sector servicios volver a recuperar buena parte de la actividad. Es temporada alta, pero sin embargo algunos negocios como hoteles o restaurantes están teniendo dificultades para completar sus plantillas de cara a estas fechas.
Un año de parón en el turismo da para mucho, y trabajadores que de forma habitual venían a cubrir los periodos de alta demanda no han tenido más remedio que buscarse la vida y marcharse a otros empleos para seguir trabajando. Otros en cambio directamente prefieren seguir en ERTE porque cobran más sin trabajar que trabajando. De sobra es sabido que el de camarero no es el trabajo mejor pagado del mundo.
También es curioso lo que está pasando en EEUU donde los empleados están dejando en masa sus trabajos. Casi cuatro millones de estadunidenses, el 2,7% de toda la fuerza laboral, dejaron sus empleos en abril, la cifra más alta en dos décadas. Y un estudio de Microsoft revela que más del 40% de los trabajadores se está planteando la posibilidad de cambiar de trabajo este año.
Los expertos destacan que muchas de estas renuncias se poducen en busca de mejores oportunidades. Otras derivan de un agotamiento laboral por el tiempo de más que le hemos dedicado al trabajo durante el confinamiento. Los hay en cambio que prefieren dejar de trabajar durante un tiempo gracias al colchón que han conseguido por no poder salir de casa durante la pandemia. Y otro grupo tendría que ver con aquellos que han estado teletrabajando y ahora no quieren volver a la oficina. Las prioridades han cambiado y ahora toca retener el talento. Un reto más que habrá que abordar en septiembre.