Diferencias

Diferencias

Javier G. Viviani
02 octubre, 2020
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Actualizado: 02 octubre, 2020 1:45
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Septiembre ha vuelto a ser un mal mes para los bancos españoles en Bolsa. Ahí están las pérdidas superiores al 20 por ciento en Bankinter, del 18 en Santander o del 10 en BBVA. Bankia y Caixabank han aprovechado el anuncio de su fusión para maquillar el pésimo saldo de la industria financiera en el parqué. Bankia ha ganado un 13 por ciento en septiembre. Caixabank nada más ha perdido un 4. Por tanto, han funcionado los movimientos de concentración y consolidación como catalizadores estimulantes en las cotizaciones de los bancos. Es uno de los argumentos que esgrimen los gestores de fondos como posibles animadores de tan deprimidos precios. Lo decían en nuestra encuesta de Cierre de Mercados del mes de septiembre.

Pero por encima de las fusiones, los gestores señalaban la vacuna contra el virus y la posibilidad de que el Banco Central Europeo levante el veto al reparto de dividendos. Lo que nos gusta a los españoles el dividendo, sea en efectivo o en acciones. Damos mucha más importancia a nuestra retribución como accionistas que a otros parámetros como caja o inversiones de capital de las empresas. Eso lo valoran mucho más, por ejemplo, en Estados Unidos. Allí, ni el dividendo es el primer motivo para comprar una acción y, ni mucho menos, el principal argumento para mantener un título en cartera.

Se suele afirmar que si una empresa es más que generosa en el reparto de dividendos es porque tiene un negocio muy sólido. Pero siempre será mejor deducir la solvencia o solidez de una compañía por su nivel de deuda, por el dinero que tiene en caja, por el que invierte en bienes de capital, por sus beneficios anuales antes que por la cantidad de dividendo que reparte.

Hay muchos ejemplos de cotizadas que pierden dinero y amplían capital para pagar dividendo. Los accionistas acuden a esa ampliación para no verse diluidos, lo que da como resultado que los accionistas perciban menos dinero del aportado. Y, además, pagan impuestos por ello.

No es la única diferencia con Estados Unidos que nos ha llamado la atención estos días. La tasa de ahorro de los españoles se va a máximos del 30 por ciento. En Estados Unidos cae un 60 por ciento desde marzo hasta niveles del 16 por ciento.

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