La voz sale más rentable que las patadas
En estos días no hay conversación en la que no salga el tema de las series, recurrente donde los haya. Todas las personas con las que hablamos tienen una favorita. Lo mismo ocurre con los podcast.
Los hay de finanzas personales, de cine, de música pero también se pueden encontrar sobre el arte del bordado o la fabricación artesanal de cohetes. Para gustos, colores. La llegada de las tecnologías de la Información y la comunicación hace tiempo generó un cambio de modelo en la forma en la que se produce y se consume información.
El rol de interlocutor casi único asignado a los medios de comunicación se ha visto amenazado por la aparición de actores individuales. En pocos años, esos ya líderes de opinión han adquirido niveles de influencia social ya casi superiores a los de muchos profesionales vinculados a las grandes corporaciones mediáticas. Son las voces de esos podcast. Y hacen dinero.
The Joe Rogan Experience es el que tiene más éxito en Estados Unidos. Lidera las grandes listas del mundo en difusión. Está dentro de la categoría de humor pero no hay tema que no toque. Siempre polémico. Actores, deportistas y ejecutivos de grandes empresas estadounidenses han pasado por sus micrófonos.
Elon Musk, por ejemplo. Al día siguiente las acciones de su empresa cayeron casi un 10 por ciento. No por lo que dijo sino por lo que hacía mientras lo decía. El presidente ejecutivo de Tesla fue entrevistado mientras fumaba marihuana y bebía whisky. Ahora, Spotify acaba de anunciar la compra de los derechos exclusivos de ese programa. La compañía sueca no ha querido dar detalles de cuánto han tenido que desembolsar. Habla la prensa estadounidense de 100 millones de dólares. Al cambio esa fue, más o menos, la cantidad que pagó la Juventus hace un par de años por Cristiano Ronaldo. La capitalización del club italiano, que cotiza en Bolsa, aumentó de un día para otro en 300 millones. El valor en el mercado de Spotify con el fichaje de Joe Rogan se ha incrementado en 3.000 millones.