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Ni por esas

Ni por esas

Javier G. Viviani
13 mayo, 2020
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Actualizado: 13 mayo, 2020 13:37
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Que las empresas dispongan de caja en los tiempos actuales es más que un tesoro. Hace unos días, en la encuesta mensual de ‘Cierre de Mercados’ a gestores de fondos de inversión, les preguntamos qué prefieren que hagan las cotizadas con ese efectivo. Respondieron, por este orden, realizar inversiones, sanear balance reduciendo deuda y pagar dividendo. Lo último que señalaron fue el realizar operaciones de fusiones y adquisiciones.

Ni de lejos las corporaciones se ajustan a esos deseos de quienes utilizan esos filtros para incorporar a esas compañías a sus carteras. Por un lado, están reduciendo capex, gastos en capital. Por otro, se encuentran refinanciando deuda e incluso emitiendo nueva. Entre medias, han puesto los dividendos en efectivo en cuarentena las unas o retribuyen al accionista con papel, vía script- dividend, las otras. Y, sin embargo, donde se está animando la cosa es en las fusiones.

Las operaciones corporativas están siendo protagonistas justo en sectores e industrias que están viendo incrementándose su negocio en la crisis actual. En telecomunicaciones, por ejemplo, con Telefónica y Liberty Global uniéndose en Reino Unido para crear el operador integrado de servicios fijos y móviles líder en aquel mercado. En comercio online, se deja caer estos días el interés del gigante Amazon en comprar la cadena de cines AMC. En comida a domicilio, Uber se mueve para hacerse con Grubhub. Negocio llama a negocio. La tarta en el presente es más grande. Tocan a más si se la reparten entre menos.

Los que no dan un paso en ese baile son los bancos. No movieron ficha antes de la crisis sanitaria pese a las  invitaciones que les daban las autoridades políticas y monetarias. El propio Banco Central Europeo las consideraba `inevitables’ antes de la llegada del coronavirus y ahora éste podría darles el golpe de gracia y acelerar unos movimientos de consolidación en la industria financiera que lleva tiempo anticipándose pero no acaba de ocurrir.

En el sector bancario hay todavía capacidad sobrante. Demasiados bancos o muy grandes o ambas cosas a la vez. Pese a ello, en las recientes presentaciones de resultados, todos los bancos han evitado manifestarse a favor de las fusiones, como si crecer fuese sinónimo de ser menos rentable aún y de asumir riesgos importantes. Ahí está, por ejemplo, lo difícil que se hace valorar activos y negocios en estos momentos por la incertidumbre sobre la duración, el tamaño y el impacto de la crisis. Otra cosa es que se vean situaciones de emergencia en alguna entidad aunque parece que las medidas de liquidez del BCE están contribuyendo a evitarlas. La cuestión es si esa deseada consolidación bancaria es la condición necesaria, pero también suficiente, para que las entidades superen todos sus males.

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