Corta y pega
Estamos de luto. Ha muerto Larry Tesler, el responsable de los
comandos ‘cortar’, ‘copiar’ y ‘pegar’, presentes en todos los
procesadores de texto y en los distintos sistemas operativos. El caso
es que su fallecimiento me ha hecho reflexionar sobre esa aportación y
lo que supone en nuestro día a día. Y es que, aunque lo políticamente
correcto es denostar su uso, el que no los haya utilizado, hasta en
trabajos “creativos”, que lance la primera piedra
En principio, para que podamos hablar de copia, es necesario que haya
un documento, un soporte, una idea previa que haya servido de
original. Cuando criticamos a quien se apoya en la copia, ponemos el
acento en los casos en los que la realidad tiene una sola lectura. Y
es cierto que, en ese caso, la copia tiene un matiz negativo.
Terminamos generando un estereotipo que nos hace caer en el marasmo,
que impide que el pensamiento progrese, que nos limita.
Pero, a efectos prácticos, en el mundo actual, la idea de copia ha
comenzado a perder su sentido negativo, de juicio moral. Tanto es así
que, permítanme la boutade, quizás ya no existe original tras la
copia. El problema del original y de la copia dentro de la era de lo
digital pierde sentido o, por lo menos, se diluye, ya que aquí no hay
diferencia entre original y copia. En una realidad tan cruzada,
hipertextual, ¿quién copia a quién? ¿quién es el autor del original y
quién plagia a quién?
El caso es que, más allá de las genealogías de las ideas, más allá de
quién es el creador y quién el que se encarama a hombros de gigantes,
una copia no supone una falsificación cuando no hay intención de
engaño. Algo no es malo porque sea una copia sino porque es una mala
copia. Además, aunque nos cueste reconocerlo, todos sabemos que el
acto de copiar es una tarea compleja y ha servido, como mínimo, para
que artistas y científicos hayan hecho progresar sus campos hasta el
nivel actual, para que la sociedad moderna sea como es.
Y si estos pensamientos no nos convencen, siempre podemos echar mano
de la etimología y recordar que el término copia procede del latín y
no significa otra cosa que “riqueza, abundancia y recursos”.