Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros

Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros

Rafael Jiménez
02 julio, 2021
|
Actualizado: 05 octubre, 2021 18:16
|
PUBLICIDAD

En un día previsto como triunfal por Moncloa ante los datos de empleo, uno de sus heraldos ha tenido que pasar la jornada excusando un patinazo, reconociendo que ayer no tuvo un buen día. Y es que José Luis Escrivá ha sacado poco rédito de las buenas cifras de afiliación a la Seguridad Social, y todo por ser tan lenguaraz.

Escrivá ha tenido que alternar triunfalismo con disculpas después de asegurar que los baby boomers, los hijos de la generación más ancha de nuestra demografía reciente, van a verse perjudicados a la hora de jubilarse, van a tener que aceptar, o bien cobrar menos de lo que les corresponde, o bien trabajar más años.

Sus palabras generaron, como era de esperar, una intensa polvareda. Quejas de muchos y muy diversos colectivos, los sindicatos asegurando que eso no se había pactado y hasta un comunicado de la patronal en el mismo sentido. Ante las reacciones a sus palabras, Escrivá no ha podido más que reconocer su error, entonar un mea culpa y quitarle hierro al asunto.

Sin embargo, creo que haríamos mal dejándolo pasar así, sin más. No podemos olvidar el empeño de este gobierno en derogar el factor de sostenibilidad, pedido por Bruselas, que servía de mecanismo compensatorio al contemplar la esperanza de vida y conseguía eludir estos problemas demográficos. Tampoco es tranquilizadora la alusión del ministro Escrivá al famoso «mecanismo de equidad intergeneracional». Es puro humo. Él mismo ha reconocido que ni siquiera está planteado, no se ha diseñado nada todavía y parece que no hay prisa, porque Escrivá habla de meses.

Y esto nos lleva a dos conclusiones, ambas graves, aunque una más que la otra. La primera, preocupante, es que este es un gobierno chapucero. Que ante el mayor reto de sostenibilidad de nuestras cuentas en décadas se dedica a derruir lo construido sin tener ninguna alternativa encaminándonos así a un abismo de incremento sin fin del déficit. La segunda es también preocupante pero, además, es dramática para la sociedad española en su conjunto. Nos están mintiendo sin ningún pudor. Derogan los mecanismos que evitarían cargar el desfase a una generación, no preparan ninguna alternativa y al cerebro de todo ello se le escapa, en un arrebato de sinceridad, lo que va a pasar. El tiempo nos explicará cuál de las dos opciones, preocupantes ambas, es la correcta. En cualquier caso, más le vale al gobierno que las dos alternativas que planteo no sean correctas porque, si bien los baby boomers podrían asumir, como quiere Moncloa, el desfase intergeneracional de las pensiones al ser los más numerosos, precisamente por ello, también representan una cantidad más que considerable de votos…, y tarde o temprano habrá elecciones.

Noticias Relacionadas: