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Más de dos siglos nos contemplan

Más de dos siglos nos contemplan

20 diciembre, 2019
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Actualizado: 20 diciembre, 2019 9:38
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Todos queremos mejorar económicamente. Hay quien lo consigue a fuerza de talento y trabajo duro, otros lo hacen con atajos que acortan el camino, aunque con riesgo, eso sí, de dar con sus huesos en la cárcel, y una tercera vía, improbable, eso sí, pero legal, es la de los juegos de azar. Una opción que cobra especial fuerza a final del ejercicio no tanto por la cuantía del premio como por la tradición que supone llevar celebrando un sorteo de lotería especial en esta época desde hace más de dos siglos. 

La probabilidad de ganar un premio realmente importante es muy pequeña, pero lo asumimos ante el importe de la inversión, apenas 20€ que no nos van a sacar de pobres en caso de no gastarlos. El problema es que parece que tenemos que comprar todos los que nos ofrecen, con lo que el montante final que invertimos en este sorteo, en ocasiones, sube mucho más de lo que en principio esperábamos gastar. A eso hay que sumar que muchos de los números lo llevamos compartido, con el riesgo de enfrentamiento posterior en caso de que sea premiado y no hayamos dejado todo bien claro legalmente.

Sin embargo, deseamos que nos toque, aunque luego tengamos el quebradero de cabeza de cómo utilizar bien el dinero para no perderlo, para no enemistarnos con nuestro entorno y, sobre todo, con la preocupación de cumplir con Hacienda, que ya se sabe que no anda con tonterías. Por eso no es nada recomendable que tengan la tentación de venderle el décimo a uno de esos que tienen tanta “suerte”, esos que blanquean ganancias turbias comprando lotería a los premiados. A ver cómo justifican esos dineros ante los Inspectores.

Y esto abre otra reflexión. De esos doscientos años de historia de nuestra lotería, ¿cuántos han tenido a Hacienda pendiente de los premiados? Lo que ahora asumimos con naturalidad no tiene siquiera una década de vida. Cuando, en 2012, Cristóbal Montoro se sacó de la chistera la imposición directa de un 20% de los premios, en plena recuperación de la crisis, se nos vendió como una medida pasajera. 

Sin embargo, aunque el mínimo exento va aumentando, este año es de 20.000€ y el que viene sube a 40.000, la pregunta de fondo es, ¿por qué las decisiones excepcionales que nos perjudican se toman con tanta agilidad y luego, o bien tardan en retirarlas, o quedan para siempre? Ahora bien, dicho esto, si les toca, cumplan con Hacienda, que los hospitales, los colegios, las autopistas y la seguridad no se pagan solas…., y no sólo por conciencia cívica, también por su tranquilidad legal, no sea que luego les toque arrepentirse. 

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