Se nos rompió el amor…

Se nos rompió el amor…

Rafael Jiménez
27 noviembre, 2020
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Actualizado: 27 noviembre, 2020 13:55
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Nos las prometíamos tan felices y, apenas once días después, van los cónyuges y se arrepienten. Y mira que la pandemia había bajado el número de divorcios, aunque bueno, estos ni siquiera han llegado a casarse. Parece que los dineros y el poder han vuelto a cargarse un matrimonio. Si es que ya se sabe que el dinero lo pudre todo…

Pero esto no es nuevo. Cuando se habla de matrimonios que mueven mucho dinero las fricciones son moneda común y los naufragios una constante. De hecho, BBVA, cuando solo tenía las dos primeras letras, ya fue protagonista, antes de 1988, de varios intentos fallidos, como el de quedarse con Banesto o el de hacer lo propio con el Banco Hispano. Por cierto, que los dos quedaron en manos de su máximo rival, Santander.

Y, sin necesidad de ir más lejos, en septiembre del 2017, el propio Josep Oliú propuso al gobierno, entonces del PP, una fusión con Bankia. Aunque en ese momento la dimensión de ambas entidades era similar, algo más grande Bankia, y aunque se propuso una posición preminente para José Ignacio Goirigolzarri, al final la operación no llegó a buen puerto. Quién sabe la intrahistoria. Pero cuando uno tiene dificultades con todas sus parejas, igual tiene que hacérselo mirar, digo yo.

Ahora mismo tenemos sobre la mesa otra operación similar, que se ha venido postergando en repetidas ocasiones y que podría terminar igual que la protagonista de nuestro escrito, frustrada. Se trata de la unión de Liberbank y Unicaja, que podría naufragar ante la pegas que está poniendo el BCE ante el excesivo peso que, en su opinión, tendría la Fundación Unicaja en la entidad resultante. Veremos si consuman o no.

Y podemos recordar varias operaciones fallidas en otros sectores. La Comisión Europea prohibió la adquisición de la francesa Alstom por parte de la alemana Siemens, porque supondría un obstáculo a la competencia efectiva en los mercados del material rodante y de señalización ferroviaria de alta velocidad en el continente. Quince años antes, las autoridades europeas también vetaron la fusión entre General Electric y Honeywell, también por posición dominante. Otras veces sucede, como en el caso de las farmacéuticas Pfizer y Allergan, que cuando te quitan la posibilidad de tributar en un pseudoparaíso fiscal, eres tú el que rechazas la operación, ya no le ves el atractivo.

En cualquier caso, el mantra de las fusiones bancarias sigue vigente, aunque con matices, mientras seguimos sin una operación transnacional. El caso es que, volviendo al Sabadell y a BBVA, quién sabe si alguno de ellos escogerá nueva pareja de baile, o los dos, ¿por qué no?. No sabemos si tendrá razón Antonio Garamendi y estos novios volverán a intentar llegar hasta el altar, como muchos de sus amigos, aunque ya lo dice el refrán, repetir amores, repetir errores.

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