Tributación en tiempo de pandemia

Tributación en tiempo de pandemia

24 abril, 2020
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Actualizado: 24 abril, 2020 21:00
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La catástrofe económica que nos deja el coronavirus va a tener que pagarla alguien y mucho me temo que, como siempre, al final la carga recaerá sobre las rentas medias. Mientras grandes patrimonios y corporaciones siguen jugando con la planificación fiscal y sufrimos la competencia desleal de ciertos socios europeos, al final, esas rentas medias y las pymes son las que están más expuestas al control efectivo de los poderes públicos y devienen en candidatos ideales a ser exprimidos.

Por un lado, ante la necesidad de fondos que sacude a toda Europa para articular la respuesta a la crisis, más allá de las voces que apuntan al desarrollo de impuestos europeos directos y relevantes, habría que ahondar en cuestiones hasta ahora bloqueadas, como la tributación de las grandes corporaciones digitales, que han de pagar en función de dónde generan su negocio.

Pero, sobre todo, hay que reordenar la situación asimétrica que viven los socios europeos. No hay más que analizar la deslealtad de Irlanda, Holanda, o Luxemburgo, cuyos convenios de doble imposición permite una competencia claramente desleal al resto de socios europeos. Así, en el momento actual, el último margen de actuación que le queda a Europa es el de la armonización fiscal. El BCE ha dado todo lo posible en anteriores crisis y parece que ahora tiene bastante limitado su margen de actuación. El nivel de endeudamiento de muchos estados no permite avanzar por ahí y no va a quedar más remedio que explorar una verdadera armonización fiscal. Primero tuvimos una unión monetaria, luego una unión bancaria y ahora tenemos que ir hacia una unión fiscal si queremos sacar a Europa de esta situación.

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