Batazaco económico, laboral y bursátil

Batazaco económico, laboral y bursátil

31 enero, 2021
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Actualizado: 30 enero, 2021 11:48
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Esta pasada semana hemos sido testigos de un triple batacazo: el económico, el laboral y el bursátil.

El primero nos ha dejado caída histórica de nuestra economía del 11% en año de pandemia. Las medidas para tratar de contener el virus, que no el propio el virus en sí, han provocado un desplome histórico de nuestro PIB. El confinamiento más duro de entre los países de nuestro entorno ha tenido como resultado que España haya recibido el mayor castigo económico entre los socios del euro.
El segundo batazaco, el laboral, nos lo dejaba la EPA. Con más de medio millón de nuevos parados y más de 600.000 empleos destruido en 2020, nuestro mercado laboral se sostiene a duras penas gracias a las ayudas y a los ERTE que mantienen de forma artificial cientos de miles de puestos de trabajo.

Ambos datos, el de PIB y el de la EPA, nos dejan sin embargo datos que invitan al optimismo. Durante el cuarto trimestre tanto la economía como el mercado laboral, así como los resultados empresariales que se están presentando durante estos días, arrojan cifras positivas en plena segunda ola de la pandemia gracias a que hemos hecho lo contrario que durante los meses de marzo y abril. Hemos mantenido al virus bajo control sin necesidad de cerrar la economía gracias a algunas comunidades autónomas, aunque no todas. El último trimestre demuestra que hay otra forma de hacer las cosas.

El tercer batazaco de la semana, el bursátil, se ha saldado con una caída de casi un 4% para Ibex 35 por culpa de los problemas con las vacunas. La falta de acceso a ellas en muchos países y la batalla entre Bruselas y Aztrazeneca, ha metido el miedo en el cuerpo a los inversores.

 

Que la Bolsa y economía española recuperen el pulso irá en función de cuándo recuperemos la tan ansiada normalidad. Y eso va a depender en buena parte del plan de vacunación que no avanza por la falta de dosis. Los gobiernos exigen que se cumpla lo firmado mientras paralizan sus planes de vacunación. Las farmacéuticas lo achacan a desajustes en la producción ante la fuerte demanda de vacunas mientras sus fábricas no son capaces de abastercernos de esperanza. Tal vez la expectativas eran muy altas. Tal vez nos pudieron las ganas de vencer al virus.

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