Bonos verdes, bonos sociales y bonos de impacto: el futuro de la renta fija

Viene de lejos, de 2015 cuando se firmó El Acuerdo de París. Allí 195 países se comprometieron a reducir los gases efecto invernadero, a luchar para bajar la temperatura del plantea en 2 grados y conseguir un clima neutro en 2050.

En 2018 y 2019 se han dado pasos y esté año 2021, en marzo, tendremos la tan necesaria taxonomía para que todos los actores -tanto públicos como privados- tengan una normativa común de medición y regulación.

El mercado de bonos verdes va a experimentar un crecimiento importante en este 2021. Porque desde Europa tenemos el Fondo de Reconstrucción con 750.000 millones de euros. De esa cantidad, el 30%, se espera destinar a financiar proyectos verdes/sostenibles. Tenemos también a Biden con su Plan para lograr un 100% de electricidad limpia para 2035 y tenemos a los mercados emergentes, liderados por China, con un gran potencial de crecimiento desde los niveles actuales.

Veremos, por tanto, en 2021 más volúmenes, mayor diversificación en emisores y en geografías, y mejores calificaciones crediticias. ¿Volúmenes? Se espera que este año se alcance el billón de euros en emisiones y en 2022 los 2 billones. De emisores se espera una mayor diversificación hacia sectores de consumo, salud, automoción, inmobiliario y telecomunicaciones. Hasta ahora, la financiación verde estaba acotada a energéticas, bancos y servicios públicos.

Se presenta un año más que interesante para la llamada financiación verde y España es un jugador importante. Desde el punto de vista empresarial y también desde el de la administración. Ya el Tesoro ha anunciado que emitirá este año su primer bono verde con un vencimiento a 20 años. ¡El camino y el potencial de este tipo de financiación es tremendo. ¡A por ello!