Desempleo financiero

Desempleo financiero

Rodrigo Rato
07 mayo, 2021
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Actualizado: 07 mayo, 2021 7:53
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El modelo capitalista se ha apoyado en muchas palancas, desde su aparición en el siglo XVIII, una de ellas el crédito. Así la banca comenzó un crecimiento  casi sin fin. Con la expansión de los mercados financieros y su globalización  en el siglo XX todo lo relacionado se multiplicó, entre ello el empleo. Bancos y Bolsas atrajeron talento con una mano de obra cada vez más sofisticada y mejor pagada. El crédito y las finanzas han dominado una parte substancial del crecimiento económico de las últimas décadas. El desarrollo tecnológico ayudo a este crecimiento casi continuo. Incluso la tremenda crisis financiera de 2008, la Gran Recesión, produjo grandes pérdidas a Estados y personas, pero el tamaño del sector financiero respecto a la economía real ha llegado a ser seis veces mayor. Sin embargo  en este cambio de década muchas cosas han empezado a cambiar y deprisa. El sector financiero español ha anunciado miles de despidos, no necesariamente ligados a la Covid, sino a un profundo cambio con raíces económicas, regulatorias y tecnológicas.

Los tipos no sólo están situados por la acción de los Bancos Centrales a niveles históricamente bajos, también a cero o incluso negativos. Así los intermediarios, bancos principalmente, han visto reducirse sus márgenes hasta el punto de necesitar tener que cobrar dinero por la financiación que solicitan a los Bancos Centrales

La Gran Recesión obligó a los Bancos Centrales, a los Estados, a convertirse en impulsores  directos y protagonistas del crédito al por mayor, pero también en la fijación del coste de los intereses  a corto, como un instrumento central de la política macroeconómica independiente de las condiciones económicas reales. Los tipos no sólo están situados por la acción de los Bancos Centrales a niveles históricamente bajos, también a cero o incluso negativos. Así los intermediarios, bancos principalmente, han visto reducirse sus márgenes hasta el punto de necesitar tener que cobrar dinero por la financiación que solicitan a los Bancos Centrales. Prestar es ya un negocio intervenido tanto en China como en la zona euro. Para ello hacen falta menos bancos, que además están regulados para correr riesgos limitados e incluso abandonar los mercados más especulativos, peligrosos pero  muy rentables, con crecientes exigencias regulatorias de más capital.

La tecnología, por su parte, no sólo ha permitido reducir costes y ampliar los servicios, también ha abierto la puerta a la aparición de nuevos competidores en todos los negocios financieros, principalmente por parte  de los gigantes tecnológicos pero no sólo. Nuevas monedas privadas y las cadenas de bloques cambian el negocio de la intermediación de manera radical. La obsolescencia ha llegado a  muchos otros sectores y también a la otra hora todopoderosa banca. Los propios mercados financieros lo dicen con el valor de las cotizaciones. De los 100 valores bursátiles globales más importantes no hay 10 bancos y situados en la cola. Un cambio producido en el último decenio.

La concentración les aleja de muchos clientes pequeños, antes tan rentables, sustituida la liquidez de sus ahorros  por la manguera de los bancos centrales ya no merece la pena cuidarlos como clientes. Ellos a su vez pagan a través de sus teléfonos y sus hijos no pisan un banco

Nunca ha habido tanto ahorro ni tanta liquidez privados. Pero no los utilizan los bancos aunque los tengan depositados. La regulación les limita el campo de actuación y crecimiento. La concentración les aleja de muchos clientes pequeños, antes tan rentables, sustituida la liquidez de sus ahorros  por la manguera de los bancos centrales ya no merece la pena cuidarlos como clientes. Ellos a su vez pagan a través de sus teléfonos y sus hijos no pisan un banco. Los reguladores cada vez piden más capital a un negocio cada vez peor. Sin embargo, sectores enteros de la actividad económica no pueden acceder al crédito regulado. Es la ley de la selva. El Estado tiene mecanismos de financiación directa por capas sociales y por actividades declaradas de interés general, que van cambiando. Pero carece de instrumentos para el sector privado atomizado, desde luego en Europa. La concentración del sector bancario es la apuesta de algunos gobiernos ante semejante encrucijada. No sabemos si  funcionará. Tampoco si el relevante papel de los banqueros es cosa del pasado.  Parece que buscan sobrevivir como hacen  otros muchos sectores. Sus posibilidades son tan problemáticas como otras muchas. ¿ Lo saben ya los políticos? Los inversores parece que si son conscientes, como lo son los propios banqueros. Big tema.

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