De bares y de impuestos

Fin del cuento. Tras seis largos meses en los que hemos perdido parte de nuestros derechos y libertades, termina el estado de alarma.

Con su caída y el final de los toques de queda y los cierres perimetrales se reactivará el turismo doméstico al que seguirán los viajes internacionales, y con ello comenzará la recuperación de la economía española.

Seis meses sin poder viajar, sin poder visitar a familiares o amigos, sin poder comprar en la tienda del pueblo, sin poder visitar nuestra segunda residencia aunque nadie nos haya descontado ni un euro del IBI por ello. Seis meses de ruina económica para los pequeños negocios que viven del turismo.

A partir de hoy recuperamos nuestra libertad y podremos por ejemplo cenar tranquilamente en un restaurante sin tener que estar pendientes del reloj. Hasta Cenicienta tenía más margen que nosotros para estar fuera de casa. Prudencia eso sí porque el virus sigue ahí fuera. Tampoco se acaban las dificultades económicas para muchas empresas y trabajadores y por eso los agentes sociales y el Gobierno negocian una vez más ampliar los ERTE hasta finales de septiembre. Otra patada hacia adelante.

Además los que vivimos en Madrid tendremos más tiempo para brindar por la gran bajada de impuestos que prepara el Gobierno regional. Rebaja del IRFP, ampliación de las bonificaciones en Sucesiones y Donaciones entre tíos y sobrinos, deducciones por vivienda y alquiler… Medidas que compensarán en parte el sablazo fiscal con el que el Gobierno se ha comprometido en Bruselas a cambio de los fondos europeos.

Mientras tanto reactivemos la economía, viajemos, consumamos, gastemos y celebremos nuestro nueva normalidad. Nos vemos en los bares ya sin horario europeo. Allí puede que coincidamos con alguno de esos presidentes autonómicos que tanto mal les ha hecho a los hosteleros. Ya lo dijo Lincoln, “los que niegan la libertad a otros no la merecen para ellos mismos”.