Sánchez 1- Ayuso 0

Podría ser el resultado de un partido de LaLiga de Fútbol Profesional en el que los dos equipos que se enfrentan sólo se juegan los tres puntos de la victoria pero estamos hablando de otra Liga, sanitaria y económica en la que los jugadores no son los once de un equipo sino unos cinco millones de madrileños que nos quedamos sin poder salir el pasado Puente del Pilar y que estamos a la espera de ver qué deciden sobre nosotros cuando se cumpla el plazo del estado de alarma decretado por Sanidad.

Desde que se decretó el confinamiento, el gobierno regional y el Ayuntamiento de Madrid han insistido un día tras otro en pedir al Ministerio que dirige Salvador Illa que reconsiderara su posición sobre la capital. Ya nos queda menos para que nos desvelen qué será de nosotros a partir del próximo sábado mientras vemos cómo en Cataluña el riesgo de rebrote se dispara aún con los bares y restaurantes cerrados o en Navarra, donde la tasa de incidencia supera a la de Madrid, el ejecutivo foral no ha tomado ni medidas “especiales” ni tan “drásticas” como en la capital. Incluso en Asturias, considerada un “paraíso” y no solo desde el punto de vista del paisaje también ha llegado la segunda ola y el Principado ha vuelto a la Fase 2.

Al margen de la crisis que tenemos encima, y las cifras así lo ponen de manifiesto, esto se está convirtiendo en una lucha política a todos los niveles y en comprobar quién le gana la partida al otro. Esto sí va de ganar, pero al virus.. hasta que no lo comprendamos y seamos conscientes de que esta batalla la tenemos que ganar entre otros, sin fisuras.

Nos quedan todavía meses muy difíciles por delante -y no es que esté parafraseando al ministro Illa-, y con una Navidad que va a ser la menos normal de todas. Ante esta previsión, en el gobierno regional vuelve a haber discrepancias… el vicepresidente Ignacio Aguado y el consejero de Economía, que también es de Ciudadanos, creen que “es necesario un parón duro dos semanas” para poder bajar la cifra de contagios y así poder celebrar una Navidad con “la mayor normalidad posible” frente a la presidenta Isabel Díaz Ayuso que insiste en que hay que buscar soluciones sensatas y que la economía no puede parar. “Cada vez que cerramos un bar o una empresa -recuerda la presidenta regional-, es posible que esa familia no vuelva jamás a abrir y deje de pagar empleados, siga hipotecándose y arruinándose por décadas”. No creo que nadie tenga interés en que la economía se vaya al traste pero, a este paso, o se toman las decisiones correctas por mucho que nos duelan o no va a haber nada que podamos salvar.