Dinero miedoso

Dinero miedoso

11 octubre, 2017
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Actualizado: 11 octubre, 2017 12:25
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La globalización, la libertad de movimientos de capitales y la tecnología, han posibilitado que cualquier inversor institucional (fondos de inversión, fondos de pensiones, compañías de seguros, fondos soberanos…), o particular, pueda elegir entre miles de opciones de inversión en los principales mercados del mundo.

El sesgo doméstico en las inversiones cada vez es menor. Cada vez más las inversiones son internacionales, no sólo en activos nacionales. La materialización de las inversiones y de las desinversiones, tanto en el mercado nacional como en mercados extranjeros, se realiza en cuestión de segundos desde una pantalla de ordenador.

La rapidez del flujo de la información hace que la misma llegue a millones de inversores al mismo tiempo. De forma que, ante noticias adversas de una empresa o de un mercado concreto, la reacción de los inversores es casi simultánea. Esta situación empuja a muchos inversores a, primero actuar en función de lo que está haciendo el mercado y después analizar. A modo de ejemplo, la apertura del Ibex 35 tras el resultado del referéndum sobre el BREXIT registró la mayor caída histórica a la apertura del mercado.

El dinero es siempre miedoso. Huye de la incertidumbre y de la inestabilidad. Siendo tan amplio el abanico de posibilidades de inversión, que la mayoría de los inversores evitan incurrir en situaciones en las que perciban que están asumiendo un riesgo innecesario y no retribuido. Haber conseguido atraer a los inversores en el pasado, no es garantía de que sigan invirtiendo en el futuro si perciben una situación de riesgo.

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