Finanzas para no financieros

Finanzas para no financieros

27 septiembre, 2016
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Actualizado: 27 septiembre, 2016 18:30
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La utilización de terminología compleja y de multitud de anglicismos dificulta la comprensión de la economía y de los mercados financieros para una gran mayoría de los ciudadanos. El objetivo de este blog es intentar transmitir el análisis de lo que ocurre en el entorno económico y en los mercados financieros con un lenguaje entendible por los no financieros.

Muchas de las situaciones económicas que se dan en una economía familiar con un presupuesto limitado, pueden extrapolarse a lo que sucede en las cuentas de una empresa o de un estado. Cualquier cabeza de familia, aunque no tenga formación económica, sabe por experiencia que sus gastos no pueden exceder a sus ingresos de forma permanente. Puntualmente podrá recurrir al endeudamiento, pero es obvio que no podrá hacerlo de forma permanente. Si no logra incrementar sus ingresos, se verá obligado a ajustar sus gastos.

Endeudarse no es gratis

Las compañías o las administraciones públicas tampoco pueden gastar más de lo que ingresan de forma permanente, aunque hoy en día parecería que nadie se lo plantea. Cada vez que los gastos superan a los ingresos y se incurre en déficit, es necesario recurrir al endeudamiento. Endeudarse no es gratis. Supone realizar un consumo actual en detrimento de un consumo futuro, pagando además un interés. Justo lo contrario de ahorrar: renunciar a un consumo actual por un consumo futuro. Cuanto más aumenta el endeudamiento mayor es la losa para el futuro. La economía no es tan compleja. Cualquier cabeza de familia responsable, aunque no sea consciente de ello, debe ser capaz de analizar si lo que está aconteciendo en la macroeconomía tiene sentido o no.

Algunas situaciones actuales como la existencia de tipos de interés negativos son anomalías históricas con perversas consecuencias aún desconocidas. Por mucho que los poderosos banqueros centrales intenten explicar la bondad de estos tipos de interés negativos, rompen la más elemental lógica económica. Lo mismo que alquilar un piso y tener que pagar al inquilino para que lo utilice no tiene sentido, pagar por prestar tampoco.

El lenguaje financiero

Uno de los males de nuestra época es la perversión del lenguaje hasta extremos insospechados, de tal forma que el significado de las palabras se retuerce hasta que lleguen a significar cosas antagónicas a su acepción original. Este mal también ha llegado al mundo financiero. Así, se llama dividendo a operaciones que no lo son, o se denominaba obligaciones convertibles a títulos que deberían denominarse acciones diferidas. Los problemas con las “preferentes” emitidas por numerosas cajas de ahorro son otro ejemplo de la distorsión del significado de las palabras utilizadas para definir determinados productos financieros.

PIB, IPC, Deuda Pública sobre el PIB o prima de riesgo son algunos conceptos utilizados con total naturalidad en los medios de comunicación sin que en la mayoría de las ocasiones se conozca realmente lo que significa cada uno de ellos y las limitaciones del cálculo de cada variable. Se suele analizar la bondad de un dato sólo por la cifra absoluta que se da a conocer, sin analizar qué circunstancias han llevado a ese dato y la sostenibilidad del mismo.

El objetivo de este blog será intentar transmitir en un lenguaje sencillo el análisis de la situación económica y de los distintos mercados financieros que inevitablemente influyen en las decisiones de todos los ahorradores e inversores. Espero que les sea de utilidad.

 

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