Historia de dos ciudades

Historia de dos ciudades

RODRIGO RATO
26 febrero, 2021
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Actualizado: 26 febrero, 2021 9:43
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Febrero de 2021 se cierra con el firme compromiso del nuevo Gobierno norteamericano de “ ir a lo grande”(“ act big”) declarado por su flamante Secretaria del Tesoro Janet Yelen, la primera mujer en serlo después de haberlo sido antes Presidente de la Reserva Federal, todo ello como colofón de una impresionante carrera académica. La mejor de los whaps, no se puede pedir más. Pero nada asegura el éxito. Yelen apunta a movilizar hasta el 30% de la renta nacional, incluido lo realizado por su antecesor, de la mayor economía que ha habido en el mundo. Súmenle un 9% de apoyos monetarios desde la FED. Decisiones que entierra 30 años de confianza única en el sector privado para generar crecimiento, que comenzó en 1980 después de los fracaso de una década de inflación y bajo crecimiento. La economía mundial es desde luego bien distinta hoy que hace 40 años, durante los cuales entre otras cosas los bonos soberanos subían de precio ininterrumpidamente mientras bajaban constantemente los intereses. ¿ Será esta apuesta por la omnipotencia del gasto público el comienzo de una nueva era? Aunque solo sea por el saldo creciente de deudas, si lo es. El déficit público de Madame Yelen en su primer año de gobierno rondará el 14% de la renta nacional. Big de verdad.

Casi en los mismos días, a varios miles de kilómetros hacia el este, otro septuagenario ex banquero central y también privado, alto funcionario de finanzas, aceptaba las riendas de la tercera economía del euro, Italia. Mario Draghi ya había marcado la historia de la política económica europea prometiendo “ hacer lo que hiciera falta para salvar el euro y, créanme , será suficiente” en julio de 2012. Con esa frase y lo que vino después Draghi movilizó el balance del Banco Central Europeo para acabar con la crisis de deuda soberana , que la austeridad impuesta por Alemania había agravado. Desde su despacho de Frankfurt demostró que se podía hacer algo diferente y efectivo. No muy distinto de lo que el antecesor de Janet Yelen en la FED había puesto en marcha como respuesta a la Gran Recesión de 2008.

El nuevo Primer Ministro italiano ha centrado su programa en la búsqueda de una sociedad más justa y mejor, cambiando su sistema tributario para que salarios e ahorro paguen menos, aumentar la inversión, mejorar la educación y modernizar el Estado. Un programa de confianza en el sector privado que busca aumentar el crecimiento italiano, que hoy por hoy produce per capital lo mismo que en 1998. Dos ciudades, Washington y Roma, buscando un nuevo camino para sus economías después de la COVID, pero también para superar las frustraciones y divisiones sociales generadas por la anterior crisis. Norteamérica busca en la contratación privada volver al pleno empleo, pero ahora con 15$ la hora de salario mínimo, sin deudas de los universitarios y con una economía verde. Roma cree que de la flexibilidad y la eficiencia vendrá un crecimiento inclusivo que elude a Italia desde hace más 2 decenios.

Hace años habríamos destacado la diferencia en la estabilidad política entre una y otra. Pero en 2021 las dudas sobre el sistema político norteamericano son una realidad. Por su parte Draghi tiene detrás de sí a todos los partidos políticos. Nadie sabe por cuánto tiempo. Solo por el tamaño lo que haga Yelen nos repercutirá a todos. Una economía norteamericana gastona, aún con un dólar débil, es la locomotora que todo el mundo espera. Además ahora, a diferencia de antes, no será necesario el ahorro chino para financiarla, la FED lo comprara todo. Así los dólares recién impresos inundarán el mundo. Italia no pretende tirar de los demás países euro, al contrario busca venderles más e incluso quitarles exportaciones. Es bien distinto, pero representa el más serio intento de reparar una creciente y amenazadora división de la zona euro, entre el norte y el sur. Muy importante también, no solo para Europa.

No todo puede salir bien. Roma puede devorar a Draghi como antes lo hizo con Monti, Ciampi, Dini, todos ellos ilustres tecnócratas del Banco de Italia. El respaldo de la Unión Europea es máximo en el año que Alemania eligirá un nuevo Canciller, el próximo septiembre. Para entonces el riesgo de una salida a varias velocidades de la COVID puede dominar el debate europeo, sobre todo en la zona euro. En 2021 los distintos márgenes de gasto público entre países se están manifestando con manera rotunda. En EEUU varios insignes economistas de centro izquierda avisan de un exceso de impulsos que amenaza con acabar en un recalentamiento, con la amenaza de una subida de tipos que aborte la recuperación. Roma y Washington plantean en estos principios de 2021 planteamientos ambiciosos, incluso novedosos, no ya solo para superar las consecuencias de la COVID sino las políticas macroeconómicas a ambos lados del Atlántico. Sus consecuencias serán trascendentales. Buena suerte.

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