La cigarra y el lemming

La cigarra y el lemming

Rafael Jiménez
15 enero, 2021
|
Actualizado: 16 enero, 2021 0:17
|
PUBLICIDAD

Más allá de las responsabilidades de tal o cual administración a la hora de gestionar los efectos de Filomena, la histórica nevada nos empuja a reflexionar en torno a nuestra capacidad de enfrentarnos a los extremos climáticos y a los efectos que puede tener el frío en vosotros, tanto en lo individual como en lo social.

Pero en esta ocasión quiero centrarme en lo fácil que se colapsa el funcionamiento de una ciudad más que en los inconveniente personales que nos trae el frío extremo. Cuando ahondas en cómo se vive en zonas de frío te das cuenta que quien está acostumbrado a ello puede mantener funcionando unas infraestructuras que no se detienen ni siquiera cuando hace el doble de frío del que ha hecho en Madrid. En Noruega no se suspenden las clases en los colegios ni se cortan de forma generalizada las carreteras porque el mercurio marque 20 bajo cero. Y qué decir de Oymyakon, la localidad habitada más fría del mundo, donde, cuando escribo estas líneas, registran 52 grados bajo cero, muy lejos de su récord, que supera los 71 grados negativos.

Pero que no se me entienda mal, no estoy criticando ni a individuos ni a gestores públicos, bueno a lo de AENA un poco, porque tiene tela lo que han tardado en devolver a la normalidad un aeropuerto como el de Madrid, el más importante de España, con el perjuicio en imagen que esto supone a la puerta de entrada de los turistas a nuestro país. Comprendo que Filomena ha sido un fenómeno histórico y que hace décadas que no se vivía algo así, con lo que no podemos exigir la misma preparación que esos territorios que conviven habitualmente con el frío.

El caso es que, reflexionando, me he dado cuenta de que  no suelen coincidir  buen tiempo y riqueza. Después de todas las dificultades que imponen las bajas temperaturas, resulta que los países más ricos son fríos. Al indagar en esta idea me he topado con la paradoja ecuatorial, con Galbraith, con Kaplan y su venganza de la Geografía. Así que, por simplificar y sin perjuicio de otros elementos que añadir a la ecuación, cuanto peor tiempo, cuanto menos tiempo para la holganza, cuanta más necesidad de acaparar para un invierno largo, cuanto más imprescindible es planificar tu vida, más ahorro y más riqueza. Ahora va a resultar que la hormiga de la fábula no era tal, que era un lemming.

Noticias Relacionadas: