La confiscación y la evasión fiscal (y III)

La confiscación y la evasión fiscal (y III)

30 septiembre, 2016
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Actualizado: 30 septiembre, 2016 20:10
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La gran mayoría de los ciudadanos condenan en Europa la carga fiscal excesiva, ante la cual – pregunto al lector- ¿no es comprensible que opongan una resistencia pasiva mediante la evasión y elusión fiscal, que en la conciencia del ciudadano se legitima por el sentido común y por la ley natural?

Ante impuestos excesivos, al ciudadano se le ofrece una única opción totalmente legal y limpia de no pagarlos: la del traslado a otro domicilio fiscal más ventajoso. Así, cientos de miles de empresarios europeos –sobre todo alemanes- , generalmente personas profesionalmente muy cualificadas, en los últimos treinta anos se han ido a vivir a España, al Caribe o a cualquier otro sitio de alta calidad de vida.

Algunas formas de evasión y de optimización fiscal

El caso más claro que tengo delante es el de mi hermano, quien después de su jubilación como médico de prestigio, en el 2012 vendió su casa de campo en Baviera, metió su Mercedes y sus cosas en dos contenedores de 46 m3 y se mudó definitivamente a un pueblito sobre la laguna de Chapala, en México.

Lo que ha hecho es desmarcarse fiscalmente en Alemania, tomando residencia permanente en su nuevo país, donde me dice que un Euro tiene una capacidad de compra tres veces superior que en Alemania y a la vez no está obligado allí, a pagar impuestos sobre su pensión de jubilación. Aquella zona de México está llena, sobre todo de norteamericanos y canadienses.

De esta sangría de capital humano -300.000 profesionales salieron de Alemania desde 1975- no se habla ni se escribe mucho. En Alemania el fisco ha llegado al colmo -como acabo de decir-  de gravar fiscalmente las pensiones de la vejez. En Hungría, hace no mucho todos los fondos de pensiones pasaron a manos del Estado, en virtud de una «Ley ad hoc».

Estos dineros son nada menos que el producto del ahorro forzoso a que fue sometido el ciudadano muchos anos atrás, también en virtud de una Ley. Y no sigo con otros países donde también han tocado el ahorro de los ciudadanos para la vejez. Y a esto se suma la devaluación monetaria que, al final, podría dejar a los pensionistas en una situación de injusta pobreza.

¿No es otra forma de protesta, contra la horca caudina del fisco, la economía sumergida?

De no haber una importante economía gris en España, que se estima en un 25% de su PIB, los españoles ya estarían pegando tiros en la calle: esta es la opinión de muchos españoles que en el 2014 llegaron a una desocupación del 25%, con el agravante de que éste índice se situaba en el 50% en relación a al gente joven, tantas veces con un título universitario. Y una buena parte de la culpa de todo esto la tienen los gobernantes responsables de dirigir la economía, porque no han sabido reconocer a tiempo las consecuencias de la burbuja inmobiliaria. Y también siempre, una buena parte de la culpa recae sobre la codicia los propios ciudadanos, que se han querido enriquecer gracias a la inexplicable largueza con que los bancos les daban dinero para comprar inmuebles, en parte sin exigir contrapartida propia.

Las grandes empresas tienen también sus defensas ante el Fisco, que son mayores que las de las empresas pequeñas, siempre conforme a la Ley. Algunas de esas defensas son el «outsourcing» de la producción a otro país con menos costo laboral y menos impuestos. Un ejemplo típico en este sentido son las empresas que han abierto sucursales en la República Checa, en la China o en cualquier otro país con costos e impuestos menores.

Luego está el «outsourcing» del know how, de servicios, de compras etc. que permite alocar una parte importante de los beneficios empresariales en países con fiscalidad menor. Así, por ejemplo, una multinacional alemana ha logrado en 2013 reducir su carga fiscal al 9%, en lo que se refiere al impuesto directo sobre el beneficio, ahorrándose casi dos tercios de lo que teóricamente tendría que haber pagado.

Fenómeno inverso del «reshoring»

Sin embargo, el «outsourcing» a la China van declinando e incluso se está produciendo el fenómeno inverso del «reshoring», que significa el retorno de la producción descentralizada a su país de origen, o a otro país que ofrece costos más bajos que la China, como por ejemplo Vietnam o la India. Hay todavía otra forma de «outsourcing»o descentralización, que permiten las comunicaciones por internet; se trata de trabajos que pueden ser hechos en casa delante de la pantalla. Esto da lugar a la generación de servicios que en parte se pagan sin facturas, con dinero efectivo o mediante abono a una cuenta bancaria en un tercer país (es un caso típico de economía sumergida).

Otra forma de drenaje legal de beneficios de las empresas es el pago de altos intereses por financiaciones obtenidas de un banco propio residente en un paraíso fiscal. Y lo que llama la atención es que el Estado no puede ponerse duro con una tal empresa porque mantiene miles de puestos de trabajo, y porque el traslado de su residencia fiscal podría también suponer no sólo una pérdida fiscal importante sino incluso dejar en la calle a muchos trabajadores. Por tanto, ante las grandes empresas, el Fisco no tiene más remedio que hacer la vista gorda, al menos hasta cierto punto. Si una empresa grande no emplease todos los medios para reducir legalmente su carga fiscal, no podría afrontar la presión de sus competidores, y por tanto se hundiría, dejando en la calle a miles de empleados.

Baja moral fiscal

La causa más profunda de la baja moral fiscal del ciudadano se debe al Estado mismo, en el que los gobernantes han cometido un error gravísimo al rechazar las exigencias de la moral natural, permitiendo toda una serie de abusos mediante leyes exonerantes de toda sanción. Lo primero fué la imposición ideológica, luego siguió el divorcio, y en libre caída moral se ha llegado a permitir el aborto, la corrupción, la exaltación de los homosexuales, dándoles los mismos derechos familiares etc. Este prolongado espectáculo que en el Occidente ya lleva escandalizando las conciencias durante generaciones, es la clave para entender la caída de mucha gente joven en el libertinaje moral, en la droga y en la violencia.

Pregunto: ¿Cómo puede el Estado hoy esperar, que los ciudadanos sientan como un deber de conciencia el pago de todos los impuestos, si los gobernantes son los primeros que han dado mal ejemplo en planos morales mucho más sensitivos que el plano fiscal? ¿Cómo el fisco puede castigar al evasor culpable, si tantos gobernantes roban lo que aportan los ciudadanos al bien común y al mismo tiempo no instauran leyes anticorrupción eficaces?

Por un lado, el Estado ha perdido toda autoridad y derecho moral para exigir el pago de los impuestos, y por el otro, el ciudadano los paga sólo debido a tantos mecanismos de coerción legal con amenaza hasta de cárcel! Esto significa que la persona que puede evadir, en la mayoría de los casos evade, porque en buena conciencia piensa que la obligación natural de contribuir al bien común sólo existe cuando el Estado es justo y ejerce una función de gobierno según las exigencias de la verdad y de la moral.

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