La vacuna, de Walmart al Lazarillo

La vacuna, de Walmart al Lazarillo

Rafael Jiménez
22 enero, 2021
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Actualizado: 22 enero, 2021 20:14
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«Walmart expande la vacunación en EE UU para acelerar los planes de Biden». Ha sido leer ese titular y pensar, ya me han pisado la idea…, luego cuando he entrado a leer con más detenimiento, he visto que tenía trampa, que era algo más convencional que mi propuesta, porque claro, Walmart, además de los supermercados tiene farmacias, cinco mil en todo EEUU, con lo que su opción es la que defienden aquí, en España, algunas administraciones, como la autonómica de Madrid, que lleva tiempo insistiendo en que las farmacias sean actores protagonistas en el proceso de inmunización contra el coronavirus.

Pero los casi 1.600 supermercados con los que Mercadona jalona el territorio nacional conforman una red de capilares que se extiende hasta lo más profundo de nuestros barrios. Y eso es un activo que no debemos desaprovechar. Cada día, cerca de dos millones de españoles, grosso modo, entran en una de las tiendas de Juan Roig. A ese ritmo en menos de un mes, en 24 días más concretamente, estaríamos todos vacunados.

Y, como dentro de su estrategia de gestión de rrhh de su compañía el señor Roig siempre ha apostado por la polivalencia de sus trabajadores, seguro que no le parece mal que aprendan a vacunar. Visto lo visto, en España no necesitaríamos apelar a las tácticas de guerra que enarbola Joe Biden contra la pandemia. Aunque pensándolo bien, quizá el problema no esté en la logística de la operación, igual es que, aunque haya varias vacunas aprobadas, aunque nos demos el lujo que descartar algunas opciones como la sputnik rusa, igual el problema es, digo, que no nos llegan vacunas para todos.

Eso sí, que nadie sufra alguna vez por la pérdida de identidad que supone la globalización, que nadie tema por una excesiva convergencia con Europa, que no padezca más de la cuenta. Los alrededor de 500 políticos que han aprovechado la coyuntura y, por si terminan por no llegar todas las dosis prometidas, ya se han vacunado, nos demuestran que, casi 500 años después, seguimos mucho más cerca del Lazarillo que de Tomás Moro.

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