La verdad versus la mentira

El hombre miente cuando falsea a propósito la realidad objetiva con el fin de obtener una ventaja injusta a expensas de otros. Y en un mundo como el nuestro, que es un caleidoscopio que aparentemente va girando y presentando a cada instante situaciones en flujo continuo, la ocasión para mentir nunca ha sido tan seductora. Esto puede ser un pretexto para falsear las cosas, tal como son. Esto pasa en la economía, en la familia (infidelidad), en la política, en las ciencias experimentales, y sobre todo, en la Filosofía, cuando se niega la existencia de los objetos extramentales, como ocurre en el subjetivismo racionalista de toda una caterva de filósofos que han sido ocasión del advenimiento de las ideologías políticas del comunismo, nacismo y del actual pragmatismo materialista. Socios de este triste club de pensadores son los ingleses Locke, Berkeley y Hume, los alemanes Kant, Fichte, Schelling, Hegel, Feuerbach , Engels y Marx.

La discusión política en USA ha llegado al extremo de pretender inaugurar la era postfáctica, como resultado del abuso de la mentira, que al final da lugar al prejuicio de que la verdad no es más que una función de las mil y una formas de ver y juzgar lo real. Y así, la mentira puede generar miles de rostros dentro de un espectro amplísimo, mientras que a la verdad sólo tiene un rostro, que al final termina por imponerse.

La inclinación del hombre a mentir coincide con su tendencia lamentable a portarse éticamente mal. Algunos filósofos marcados con el viejo estigma del subjetivismo, pretenden hasta dar sepultura a las verdades de la fe cristiana. Este intento siempre ha sido vano, en cada siglo y en cada milenio, lo cual les resulta misterioso, provocante, y hasta desafiante. Hoy hay vastos sectores del pensamiento que niegan a Dios o le enfrentan una indiferencia absoluta.

Hanna Arendt, judía, es la pensadora que más profundamente influyó en el pensamiento político y social del último siglo, sobre todo en USA. Nos dice que la mentira es una demostración de que el hombre es libre y al mismo tiempo supone una limitación denigrante de la libertad propia y ajena. Siguiendo a a Santo Tomás y tantos otros hay que tener claro, que la mentira no aumenta el conocimiento, sino que lo disminuye, al igual que una cifra negativa reduce el resultado aritmético.

Cuando el Estado miente

Donde la mentira ha causado y causa los más grandes estragos es en la praxis política, cuando se parte de una concepción del hombre falsa, que de intento se instrumentaliza para justificar decisiones políticas que abren las puertas al totalitarismo y a la tiranía. En este sentido, por ejemplo, basta partir del principio falso de que el hombre es sólo cuerpo y materia, por lo que su máximo bien es puramente material, como estar sano, comer y beber y dar rienda suelta a sus instintos, sin código moral alguno, porque, como dijo un filósofo alemán, ´wenn es Gott nicht gibt, dann ist alles erlaubt´ (si no existe Dios, entonces todo está permitido).

En estos últimos anos (9.2017) somos víctimas de los grandes Estados, que cometen la omisión gravísima de no tomar consciencia de que están permitiendo la proliferación de una ideología materialista que desde ciertos vértices de mando están imponiendo una serie de principios falsos, con el fin de evitar nacimientos y para imponer una especie de nuevo orden mundial. Veamos los síntomas:

– La imposición tiránica de una visión falsa del hombre, consistente en propalar que el sexo lo elige cada uno para sí, que las uniones homosexuales son equiparables al matrimonio tradicional. Al final de esta caída estará el bestialismo, las relaciones sexuales con un robot etc.

– Igualmente, se presiona para que los niños reciban educación sexual en la niñez en las escuelas, mucho antes de que puedan comprenderla.

– La presión para convencer a los ciudadanos, de que puede haber un tercer sexo, o incluso varios más.

– Presiones para que se reconozca el derecho a morir, de la gente vieja, de donde se pasaría luego al derecho a liquidarlos al igual que a los niños nonatos. Aquí se puede reconocer fácilmente que el fin que se busca es reducir la población, para lo cual cualquier medio es bueno, hasta el terrorismo y la inmigración descontrolada.

– La imposición de un nuevo vocabulario y de nuevos conceptos, según el criterio obligatorio de lo ´políticamente correcto´, para que las personas terminen pensando tal y como lo quieren algunos que ostentan autoridad pública, especialmente en organizaciones como la UE, Hollywood etc.

– Persecución de la fe cristiana, por ejemplo, mediante la discriminación de colegios, retiro de cruces de las aulas, implementación de baños ´unisex´etc. Al mismo tiempo no se frena el culto satánico directo o indirecto.

Todo el que se opone a estas imposiciones puede perder su trabajo o es perseguido de muchas formas, sin poder acogerse a al protección de las Leyes, como antes, porque que se están adaptando cada vez más a esta nueva situación. Ya hay muchos casos de familias que han abandonado Alemania u otro país, para salvar a sus hijos de estas nefastas influencias.

Qué no es mentira

Cuando nos disponemos a leer una novela de ficción, o ver una película, aceptamos de antemano que el autor nos ´engañe´. Otro asunto muy distinto son obras que pretenden atenerse a la verdad histórica de los hechos, donde tenemos el derecho a que no se tergiversen los hechos. Tampoco mentimos cuando no revelamos un secreto profesional, o cuando no ventilamos las intimidades de la propia familia. Hay muchísimos motivos legítimos para no decir toda la verdad, siempre y cuando el interlocutor o el público no tengan derecho o conocerla. Tampoco miente el científico que, si después de mucho trabajo de investigación bienintencionado formula una hipótesis equivocada, lo cual está sucediendo, por ejemplo, en el área del cambio climático.

Lo mismo cabe decir de un político que tuvo la sincera intención de procurar el bien de sus ciudadanos, aunque luego resulte que las consecuencias sean decepcionantes. En las decisiones prudenciales de este tipo no existen de antemano decisiones verdaderas o falsas. Lo único que importa es que las razones y los fundamentos de las mismas sean reales y que hayan sido ponderadas con razonable prudencia.

Youtube: el gran ´show´ de la verdad y la mentira

Para no pocos pensadores, youtube es una ventana abierta a la conciencia moral del hombre. Si las almas estuviesen embutidas en un tubo, youtube es el corte o sección del mismo, ensenando desde las más profundas bajezas y depravaciones hasta lo más excelso y santo. Es bueno, por tanto, que haya filtros que nos eviten mancharnos con tanta inmundicia.

Hay que tener siempre en cuenta que la gran mayoría de los que cuelgan videos en youtube buscan el lucro económico, porque a partir de cierto número de visitas, el autor comienza a recibir su tan ansiado dinerito. Y para maximizar los cliks o visualizaciones, desde el anonimato se producen videos con títulos de mucha garra, sin importar que el contenido sea verdadero o falso. Así se entienden tantas predicciones del fin del mundo –la última fue para el 23 de Setiembre, cuando el planeta Niburu tenía que estrellarse contra la tierra- , o que está a punto de estallar Yellowstone, en USA, o que la tercera guerra mundial sólo es cuestión de pocos días, etc. etc.

También hay que reconocer que muchos videos son muy interesantes como los temas científicos cuando habla una persona que se hace responsable de lo que dice, fenómeno naturales, animales jugando, películas etc. Quizás lo que más llame la atención es la enorme proliferación de contenidos religiosos y la preocupación por la vida después de la muerte terrenal. Desde un punto de vista cultural-antropológico, youtube es un amplísimo ´display´que revela lo que los hombres valoran como algo bueno, aunque no sea verdad lo que se dice. Revela sobre todo la profunda angustia existencial del hombre materialista, buscando compensaciones baratas para su vacío interior, o bien buscando escaparse mediante la diversión, el deporte, los vicios etc.